Andrés Arauz, el candidato progresista a la presidencia de Ecuador, cerró este jueves su campaña electoral de cara al balotaje del domingo, con un mitin político en Quito en el que apareció su mentor, el exmandatario Rafael Correa, en un video enviado desde Bélgica, donde reside desde 2017.
Arauz, que disputa el poder al conservador Guillermo Lasso, recorrió también varias calles del centro-sur de la capital acompañado de decenas de simpatizantes, hasta llegar a una tarima en el sector de Cumandá, donde presidió su último mitin, que terminó apenas una hora antes de la entrada en vigor del toque de queda en la ciudad.
El candidato, que dijo estar seguro de su victoria, llamó a sus simpatizantes a “cuidar los votos” y a “salir a la calles” esa noche para “celebrar el triunfo popular”.
El joven candidato, de 36 años, dijo que una de sus tareas si llega al Gobierno será la de construir un “nuevo bloque histórico” para juntar a las fuerzas sociales y productivas del país, con el objetivo de dar solución a la crisis económica y sanitaria que, según dijo, deja el Gobierno saliente de Lenín Moreno.
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Asimismo, prometió poner en marcha un plan de vacunación contra la covid-19 que abarque a toda la población, en referencia a las críticas al programa aplicado por el actual Gobierno, que incluyó listas de privilegiados y fallos en su administración a ancianos en Quito.
“Falta poquísimo, en apenas cuatro días lograremos recuperar nuestra dignidad”, proclamó Arauz.
La muchedumbre reaccionó con júbilo cuando en una pantalla gigante apareció el expresidente Correa, quien alentó la candidatura de su delfín en un mensaje grabado. El carismático exgobernante, sobre el que pesa una condena de 8 años de cárcel por un caso de corrupción, que él niega y atribuye a una persecución política, insistió en que con el eventual triunfo de su candidato se retomará en el país “la senda de la prosperidad”.
Y aunque aseguró que no propone una venganza contra sus enemigos políticos, señaló que “el verdadero perdón exige justicia” y que, para él, el mayor perseguido durante el Gobierno de Moreno fue el exvicepresidente Jorge Glass, en prisión desde finales de 2017 por otro caso de corrupción, que igualmente niega.”Volverán los días de gloria. Ánimo, ya falta poco, hasta la victoria siempre”, concluyó Correa ante la algarabía de sus simpatizantes. EFE