Colombia repitió como el segundo país de la OCDE con la inflación más alta, solo superado por Turquía.
La inflación en el conjunto de la OCDE bajó siete décimas en agosto al 4,7 %, sobre todo por la energía y en menor medida por los alimentos y esa misma tendencia se constató en España, pero con una tasa del 2,3 %, ligeramente superior a la media de la eurozona.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que publica los datos mensuales explica en un comunicado que los precios de la energía, que habían subido en términos interanuales un 3,3 % en julio, pasaron a bajar un 0,1 % en doce meses hasta agosto.
En el caso de los alimentos, el incremento interanual en toda la OCDE pasó del 4,3 % en julio al 3,7 % en agosto.
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En el caso de España, la tasa de inflación disminuyó cinco décimas en agosto al 2,3 %, de nuevo sobre todo por la energía (la evolución interanual pasó del 2,7 % al -1,5 %) y en menor medida por los alimentos (del 3,1 % al 2,5 %). La inflación subyacente, que excluye los elementos más volátiles que son la energía y los alimentos, se quedó estable en el 2,6 % en España en agosto.
En términos armonizados, la inflación en España se quedó en agosto en 2,4 %, cinco décimas menos que en julio, y dos décimas más que la media de la zona euro.
En agosto había una inflación igual o inferior al 2 % en 16 de los 37 países de la OCDE, frente a sólo 9 un mes antes.
La más baja de todas fue la de Costa Rica (0,3 %) y eso pese a que subió tres décimas desde julio.
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En el otro extremo, Colombia repitió como el segundo país de la OCDE con la inflación más alta (6,1 %, ocho décimas menos que en julio) sólo superado por Turquía (52 %).
En México bajó seis décimas al 5 %, mientras el otro miembro latinoamericano, Chile, aumentó dos décimas al 4,8 %.
El caso de Turquía es bastante particular porque en un mes su tasa bajó en 1,8 puntos porcentuales pero con el 52 % multiplicaba por más de 11 la media de la organización.
La OCDE, que también presenta las cifras de inflación de todos los países del G20, lo que incluye igualmente grandes economías emergentes, constata que en Argentina la tasa seguía siendo estratosférica en agosto, con un 236,7 %, pero también que lleva cuatro meses consecutivos a la baja desde el techo del 289,4 % en abril.
EFE
