Al menos 800 indígenas se tomaron el Parque Nacional de Bogotá en demanda de atención del Gobierno nacional y distrital en salud, educación y vivienda alegando que son desplazados por la violencia y que varios acuerdos firmados con el Estado han sido incumplidos.
La mayoría de los indígenas, que duermen en cambuches fabricados con plásticos y lonas negras, provienen del departamento del Chocó, fronterizo con Panamá, de donde salieron, dicen ellos, por enfrentamientos entre grupos armados que pretenden dominar la zona porque es estratégica para el narcotráfico.
“Nosotros nos encontramos acá porque hay un incumplimiento total hacia las comunidades y los compañeros indígenas que han sido víctimas de la violencia en Colombia”, dijo a Efe Yondy Rojas, líder indígena.
De momento, explicó Rojas, hay unos 800 indígenas, entre ellos unos 250 niños que se bañan en una pileta que hace parte del monumento a Rafael Uribe Uribe, un dirigente Liberal asesinado a hachazos en 1914 cuando caminaba por la Plaza de Bolívar.
Mientras los niños corretean por el lugar, de alto tráfico de vehículos, las mujeres preparan los alimentos en “ollas comunitarias” que luego reparten entre los suyos, que deben hacer fila para recibir un plato de comida.
“El incumplimiento está en todos, se habla de las leyes (…) pero no hay cumplimiento de nada porque nosotros llegamos como desplazados a Bogotá y muy poca atención nos dan”, remarca Rojas, quien dice que ya llevan cuatro días en el Parque.
Explica que varias familias de las que están en el Parque Nacional llegan al sitio porque no pudieron seguir pagando arriendo en el sur de Bogotá debido a que les suspendieron los auxilios otorgados por el Gobierno para quienes llegan a la ciudad desplazados por violencia.
“La guerra no es de 60 días, la guerra lleva más de 60 años en Colombia. Eso es lo que los políticos no entienden”, explica Rojas al referirse a que cuando los indígenas llegan a Bogotá tienen un auxilio económico hasta por 60 días para pagar arriendo.
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“En estos momentos necesitamos salud, educación, garantías de nuestras formas de vida, como vivíamos en los territorios”, detalla Rojas quien asegura que los indígenas seguirán en Bogotá hasta lograr ser escuchados por el Gobierno nacional y el distrital.
De momento descartan regresar a sus lugares de origen pues consideran que no hay garantías para retornar a sus tierras por los constantes enfrentamientos entre grupos armados.
La minga indígena, que es como ellos llaman a las protestas, es respaldada, según Rojas, por representantes de 13 pueblos indígenas que están en Bogotá.
“Hasta que el Gobierno no nos dé respuesta clara no nos vamos de acá”, asegura Rojas que carga contra el Gobierno por no cumplir acuerdos firmados tiempo atrás en educación, salud, cultura, vivienda y seguridad.
A propósito de esta última Rojas recalca que en el Chocó hay pueblos indígenas confinados porque los “actores armados” siembran minas antipersonal lo que impide que los lugareños puedan desarrollar sus actividades diarias como la pesca, la caza. Efe