Según Organización Panamericana de la Salud, el consumo de alcohol en las Américas es aproximadamente un 40% mayor que el promedio mundial.
El consumo de alcohol ha aumentado considerablemente, convirtiéndose en un patrón que es peligroso para la sociedad y está asociado con diversos daños como enfermedades físicas y mentales, violencia doméstica, pérdida de productividad y costos ocultos para familias y comunidades. Por esto se hace indispensable concientizar sobre el consumo responsable de alcohol.
Según una investigación de la Organización Panamericana de la Salud, el consumo de alcohol en las Américas es aproximadamente un 40% mayor que el promedio mundial, y lo más preocupante es el aumento de ingesta de licor desde la adolescencia. Además, la Organización Mundial de la Salud, indica que la ingesta nociva de bebidas alcohólicas causa 2,5 millones de muertes cada año en el mundo.
El doctor Alberto Villamarín, docente y especialista en salud familiar de la Universidad Juan N. Corpas indica:
“El consumo de alcohol es un factor causal de más de 200 enfermedades y trastornos, desajustes hormonales, mentales y comportamentales, que terminan en cirrosis hepática, algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares. Por ello es importante fomentar el consumo responsable de alcohol desde casa, evitando que los más jóvenes repliquen un modelo que se ve en el hogar y disminuir los accidentes, muertes y discapacidades producidas por su uso inadecuado”
En Colombia un estudio de la Fundación Nuevos Rumbos de 2021 indica que el 40.3% de los adolescentes en el país han consumido alcohol al menos alguna vez en la vida. También enfatiza que la mayoría de los jóvenes (40.9%) se inicia con cerveza, seguido de vino (27,5%) y por ron y aguardiente (14.4%); solo el 5.7% se inicia con bebidas artesanales.
Estar bebiendo ante cualquier pretexto se volvió se convirtió en una constante que da a las personas y especialmente a los adolescentes a estar desinhibidos, tener estados de depresión e ideas suicidas, aumenta las imprudencias viales, fomenta el consumo de otras sustancias psicoactivas y desarrolla el interés por experimentar nuevas sensaciones de euforia, sin percibir los riesgos asociados que conlleva como la conciencia de la responsabilidad.
“Estas señales de alarma son claves para llevar a estas personas ante un profesional que pueda ayudar a tratar esta adicción. Pero ante todo se debe acudir a la prevención empezando por una concienciación basada en la evidencia científica, luchar contra la pasividad familiar y social especialmente en los adolescentes que debe ser prioritaria, controlando las emociones que afectan sin adicción, afirma el Dr. Alberto Villamarín.
En conclusión, el consumo responsable de alcohol significa no embriagarse y no permitir que el alcohol controle su vida o sus relaciones, ya que no está exento de riesgos. Por ello es indispensable tener una vida con salud física y emocional que aporte bienestar en conjunto con una dieta saludable y ejercicio regular.