El Gobierno israelí ha pedido al ex primer ministro Benjamín Netanyahu que devuelva hasta 42 regalos de valor que recibió cuando estaba en el cargo, que incluyen obsequios del expresidente estadounidense Barack Obama, o del mandatario ruso, Vladimir Putin.
“La Oficina del Primer Ministro le ha contactado con el objetivo de la devolución de los regalos”, confirmó a EFE bajo condición de anonimato un oficial israelí de la Oficina del actual primer ministro, Naftali Benet.
Es costumbre que los líderes extranjeros entreguen obsequios en viajes oficiales, pero aquellos por un valor superior a 300 shekels (unos 90 dólares) se consideran propiedad del Estado de Israel.
Según la carta enviada a Netanyahu, él y su esposa Sara se llevaron decenas de esos regalos cuando abandonaron el pasado julio la residencia oficial del primer ministro en la calle Balfour de Jerusalén, tras ser ratificado un nuevo gobierno que derrocó a éste del poder tras doce años consecutivos.
Entre los obsequios pendientes de devolución, estarían una caja de vidrio decorada con hojas de oro y con la firma de Obama, y una edición especial impresa de la primera Biblia, cortesía de Putin, además de presentes de líderes europeos, el Papa y varios benefactores y embajadores, señala la prensa hebrea.
“Esos regalos no están en posesión del ex primer ministro Netanyahu”, señaló en un comunicado un representante del matrimonio, a quien la noticia pilló de vacaciones en una isla privada de Háwai, propiedad del multimillonario Larry Ellison, amigo de Bibi y testigo para la fiscalía en el juicio por corrupción contra él.
El primer ministro de Israel con más años de servicio -un total de 15-, se ha ganado la reputación de disfrutar de un estilo de vida lujoso, a menudo a expensas de los contribuyentes, y está siendo juzgado por corrupción precisamente por aceptar presuntamente obsequios costosos de socios adinerados.
El mandato de Netanyahu estuvo lleno de escándalos sobre sus sobrecostes destapados por la prensa, como cuando se supo en 2012 que había gastado hasta 3.200 dólares de fondos públicos en helados de vainilla y pistacho; o cuando empleó 127.000 dólares de dinero de los contribuyentes para amueblar el dormitorio del avión en el que viajó sólo cinco horas para asistir a Londres al funeral de Margaret Thatcher.
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En 2016, un informe oficial de gastos reveló que Netanyahu gastó más de 600.000 dólares en un viaje de seis días a Nueva York, incluidos 1.600 en una peluquería; mientras Sara Netanyahu fue acusada en 2018 de malversación de unos 100.000 dólares en fondos públicos para pedir comidas lujosas a chefs famosos en la residencia oficial a pesar de tener cocineros en la nómina del gobierno.
También en 2018, apareció una grabación del hijo mayor de Netanyahu, Yair, paseando con sus amigos por clubes de striptease de Tel Aviv en una noche de fiesta en un vehículo oficial del gobierno.Efe