Fuertes disturbios se volvieron a presentar a las afueras del estadio Romelio Martínez en Barranquilla

Foto: Archivo
Foto: Archivo

En la tarde/noche de este jueves se volvieron a presentar fuertes enfrentamientos entre uniformados del Esmad y varios manifestantes a las afueras del estadio Romelio Martínez en Barranquilla, esta vez para protestar e impedir que se jugara el partido entre América de Cali y Atlético Mineiro por la Copa libertadores.

La concentración en este punto de la capital del Atlántico, inició en horas de la tarde cuando varias personas con pendones, banderas y vestidos con la camiseta de la Selección Colombia, llegaron a las cercanías del estadio para exigir la suspensión del partido, pues lo consideran como una cortina de humo para desviar la atención de la situación social que se ha venido presentando en los últimos días.

Recomendamos leer: Más de 383 mil venezolanos se inscribieron para obtener el Estatuto Temporal de Protección en Colombia

Sin embargo, alrededor de las 6:30 p.m. se iniciaron los fuertes enfrentamientos entre policías y encapuchados que lanzaron piedras , botellas y varios objetos contra la Fuerza Pública, por lo que fue necesaria la presencial del Esmad.

A pesar de que el partido no se cancelo, este tuvo que ser detenido en por lo menos 5 ocasiones debido a que los futbolistas sufrieron afectaciones por los gases lacrimógenos que eran lanzados por el Esmad en las inmediaciones del estadio.

Recomendamos leer: Colombia regresa a la calma tras protestas que Duque trata de apaciguar

De acuerdo con la Policía, durante los enfrentamientos también fueron vandalizados varios establecimientos comerciales que se encuentran en la zona, los cuales fueron saqueados en muchas oportunidades. Además, las autoridades aseguran que este nueva situación fue mucho más violenta que la ocurrida el pasado miércoles durante el partido entre Junior y River.

Cabe destacar que ante la situación que se vive en las calles, los capitanes de los equipos del Fútbol Profesional Colombiano pidieron suspender todos los encuentro de torneos locales hasta que no se resuelvan las alteraciones de orden público.