El papa Francisco oró en silencio por las víctimas del conflicto armado colombiano ante la Gran Cruz de la Reconciliación, en el Parque de los Fundadores, su última actividad en la ciudad de Villavicencio.
Un toque de corneta militar dio un tono aún más solemne al momento, seguido a la distancia y con absoluto respeto por centenares de personas, entre ellas el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y su esposa, María Clemencia Rodríguez.
Posteriormente el papa sembró un árbol de lo que será el Bosque de la Reconciliación y la Paz en homenaje a las víctimas.
Tres niños y el arzobispo de Villavicencio y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Óscar Urbina Ortega, ayudaron al pontífice a echar tierra y agua al árbol.
Después el papa entregó a los tres niños un rosario y bendijo a las personas que estaban a su alrededor, que no se cansaban de corear “bendición, bendición”, informa Efe.
Concluido este sencillo acto el pontífice abordó un automóvil cerrado que lo llevará a la base aérea de Apiay, donde tomará un avión de Avianca que lo traerá de regreso a Bogotá, pero a la salida del parque un grupo de personas se abalanzó sobre el vehículo para tocar al papa.