El papa Francisco llegó a Rangún, la antigua capital de Birmania (Myanmar), en la primera visita de un pontífice a este país asiático.
Cientos de fieles le esperaban en las afueras de la terminal aérea, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.
Francisco fue recibido por un grupo de niños que ondeaban banderas de Birmania y el Vaticano, y que estaban vestidos con una camiseta impresa con la efigie del papa.
También había grupos de diferentes etnias del país vestidos de manera típica y que le dedicaron bailes y cánticos tradicionales.
Entre los congregados no faltaban religiosos, y algunos curiosos y turistas.
“Jesús ha venido. Creo que el papa nos traerá la paz a todos, incluidos los rohinyás”, dijo a Efe Stphen Baui Hrim, que vino a recibir al pontífice desde el estado de Kayan, en el este birmano.
La monja Pasquina Manejo comentó que “es un regalo del cielo, nunca un papa había visitado nuestro país”.
“Estoy feliz de verle en persona. Nos ha venido a ver a la gente pobre”, apuntó otra creyente, Marina Tal, reporta Efe.
Tras la recepción popular, el pontífice se desplazó a primera hora de la tarde a la sede del arzobispado local, en un recorrido durante el que saludó desde el automóvil a más fieles congregados en varios puntos del trayecto.