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La historia es protagonizada por la estudiante de Derecho Diana Heredia, quien le solicitó a los dirigentes de la Corporación Universitaria de Ciencia y Desarrollo (Uniciencia) que en su cartón profesional apareciera su profesión en femenino y no como suele hacerse en masculino, es decir, Diana solicitó que fuera graduada como “abogada” y no como “abogado”. Dicha petición fue denegada.
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Posterior a recibir la respuesta no deseada, la futura profesional se remitió hasta el Juzgado Quinto de Ejecución de Sentencias de la ciudad de Bucaramanga, donde solicitó a través de una tutela que se le pudiera dar cumplimiento a su exigencia, pues Diana afirmó que ella es biológicamente una mujer, se identifica como tal y quería recibir su título en referencia a su género.
“La institución educativa tiene la facultad de hacer las modificaciones a los títulos y las actas de grado, pero la universidad al responder de fondo mi petición nuevamente me negó la solicitud, por eso instauré una acción de tutela que en este momento ordena que se debe hacer la distinción de género en los diplomas”, indicó la estudiante.
Frente a esta diligencia judicial, el tribunal le ordenó a la institución santandereana que cumpla con lo manifestado en el fallo de tutela, es decir, “proceda a expedir su título y acta de grado con el término femenino del pregrado cursado, como abogada“, se lee en el documento.
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Esta decisión judicial instalará un precedente en las luchas sociológicas y de igualdad de género que se presentan en la actualidad, ya que Diana Heredia consideró de afortunado que la justicia esté de su lado en una solicitud que según ella, no tuvo que haber llegado hasta instancias de tutela si se hubiera atendido su derecho de petición.