Autoridades ambientales desarrollaron con éxito el primer piloto de inmunocastración para los hipopótamos que viven en la región colombiana del Magdalena Medio, descendientes de los llevados hasta allí por Pablo Escobar en la década de los 80, con el objetivo de controlar el crecimiento de esta especie en el país.
El piloto se hizo con una donación de 70 dosis del medicamento GonaCon por parte del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (Aphis, por su sigla en inglés), del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), a la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare), la autoridad ambiental de la región.
“Se trata de un anticonceptivo que tiene efectividad en machos y hembras y se implementó inicialmente en la población que se encuentra aledaña al Parque Temático Hacienda Nápoles (lugar del que escaparon los hipopótamos de Escobar)”, explicó Gina Paola Serna, médica veterinaria de Cornare, citada en un comunicado de la Embajada de EE.UU. en Bogotá.
Escobar, el poderoso jefe del cartel de Medellín, importó en 1981 de un zoológico de Estados Unidos cuatro hipopótamos, tres hembras y un macho, para que formaran parte de la colección de animales exóticos de su Hacienda Nápoles, una finca de 3.000 hectáreas cerca del Magdalena y hoy dedicada al turismo.
Tras la muerte del narcotraficante en una operación policial en Medellín en 1993, los animales fueron a parar en su mayoría a zoológicos colombianos, pero, por la dificultad de trasladarlos y el alto costo de mantenimiento, hubo hipopótamos que se quedaron donde los había dejado Escobar.
Su número fue aumentando y también su hábitat, pues algunos se escaparon de la hacienda y se instalaron a sus anchas en el Magdalena, donde empezaron los avistamientos y los encontronazos con los lugareños, que solo conocían a estos animales por los libros de ciencias naturales o documentales.
Con la donación, el producto fue aplicado a 24 hipopótamos que se suman a los 11 que ya habían sido esterilizados de forma tradicional antes.
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Durante la operación, los profesionales estuvieron en el municipio de Puerto Triunfo, en el departamento de Antioquia (noroeste), para empezar con este proyecto que pretende convertirse en un referente mundial para el control de poblaciones invasoras de hipopótamos en el planeta, un caso único en el planeta.
Si se le compara con la esterilización quirúrgica, que puede costar entre 25 y 30 millones de pesos (entre 6.600 y 8.000 dólares), la opción de Gonacon es más económica. Efe