El papa Francisco aseguró, a su regreso a Bogotá desde Villavicencio, que recibió una lección de teología por parte de las víctimas del conflicto armado que le ratificaron la importancia del perdón.
El pontífice hizo la reflexión a las puertas de la Nunciatura Apostólica, después de escuchar los testimonios de víctimas del conflicto armado que le relataron su experiencia de perdón con la ayuda de la organización Hospital de Campo, que enseña a sanar las heridas del alma.
“Dios perdona en mí. Son muchos los que no pueden perdonar todavía, pero hoy recibimos una lección de teología, de alta teología. Toda Colombia tendría que abrir sus puertas, como las abrió este Hospital de Campo, y dejar que Dios entre y perdone”, afirmó.
Francisco les dijo: “Gracias por lo que hacen y gracias por lo que me enseñaron esta noche”, después de escuchar, entre otros, el conmovedor relato de una mujer que perdió a su esposo y sus tres hijos, que murieron quemados en un ataque de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) contra un oleoducto.
“Aún no he podido perdonar. Le suplico que le pida a Dios que me dé la gracia de perdonar”, sostuvo la mujer al relatar como el 18 de octubre de 1998 el ataque del ELN contra el oleoducto en Machuca, caserío del municipio de Segovia, en el departamento de Antioquia (noroeste), murieron 84 personas, entre ellos sus familiares más cercanos.
La mujer, añadió en su desgarrador relato que esa tragedia “es un dolor muy grande” que lleva “vivo en el corazón”.
“Intenté desesperadamente salvar a mis tres pequeños hijos y a mi marido, caí inconsciente. Al despertar en el hospital me informaron que ninguno de los míos se salvó, todos murieron y me quedé sola”, dijo.
Agregó: “Me enfrenté a Dios, pero luego le pedí perdón por mi falta de fe”.
La directora de la Fundación Víctimas Visibles, la periodista Diana Sofía Giraldo, también intervino esta noche ante el santo padre para indicarle que dicha entidad busca concienciar al país sobre el drama de los afectados por el conflicto y darles visibilidad.
“Nuestro regalo es el sufrimiento de Colombia, pasado, presente y futuro simbolizado en un nido de cigüeñas modernas como símbolo de que en medio de la miseria, milagrosamente, se incuba la vida”, manifestó Giraldo, vestida como los demás miembros de Hospital de Campo, con una capa amarilla.
En el recibimiento al papa por parte de víctimas de la violencia, tuvo música de ritmo cubano interpretada por el violinista Alfredo de la Fe, mientras que varias niñas bailaron, informa Efe.
El papa viajará mañana a Medellín donde celebrará su tercera misa campal y se reunirá con sacerdotes, seminaristas, monjas y sus familias, así como con niños abandonados.
