La inédita campaña para las elecciones autonómicas de Cataluña, con parte de los candidatos fugados o en prisión preventiva, invita a recurrir a novedosas herramientas de comunicación política, y el holograma en 3D se impone como el último grito tecnológico para participar en mítines a distancia.
El entorno del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, fugado en Bélgica desde hace más de un mes y reclamado por las autoridades judiciales españolas, sopesa que el número uno de la lista de “Junts per Catalunya” recurra a los hologramas para aparecerse ante los votantes catalanes.
Por ahora, Puigdemont se circunscribe a sistemas más convencionales y el pasado sábado inauguró, en la presentación de la lista posconvergente en la localidad gerundense de Sant Julià de Ramis, sus comparecencias en pantalla gigante a través de videconferencia, reporta Efe.
Se debe en parte al elevado coste y la complejidad técnica que supone convertir a una persona en un holograma en 3D, un instrumento que irrumpió en la política internacional en 2012.