Foto: EFE
La confianza de los británicos en las recomendaciones del Gobierno para gestionar la crisis del coronavirus ha sido “mermada” tras el escándalo que implica al principal asesor del Ejecutivo, Dominic Cummings, quien se saltó las normas de confinamiento.
Así lo ha afirmado la laborista Kim McGuinness, que ocupa el cargo de comisionada de Policía y Crimen del condado inglés de Northumbria, al señalar que la “buena voluntad” había sido hasta ahora clave para que las reglas de obligado confinamiento se cumplieran.
Cummings, el asesor más influyente del primer ministro, Boris Johnson, admitió haber viajado más de 400 kilómetros desde Londres para aislarse en una propiedad adyacente a la de sus padres en el norte de Inglaterra cuando su esposa tenia síntomas de COVID-19, a fin de recibir ayuda en el cuidado de su hijo, lo que ha generado un gran revuelo político y social.
Pese a la multitud de peticiones de dimisión desde el Partido Conservador y la oposición, Johnson defendió este miércoles la actuación de su mano derecha en el Ejecutivo ante el principal comité del Parlamento e instó a “pasar página” del escándalo.
Según McGuinness, el Gobierno debe trabajar ahora para recuperar la lealtad de la ciudadanía, lo que será fundamental en la estrategia para la desescalada, según la cual las escuelas reabrirán el próximo lunes y los comercios no esenciales lo harán a partir del 15 de junio.
“La Policía ha estado ahí para hacer cumplir (las normas de confinamiento) y mantenernos a salvo y lo ha hecho, pero esa buena voluntad de la gente es muy importante y Dominic Cummings no solo la ha socavado por completo, sino que después el primer ministro se ha negado a pedirle cuentas”, esgrimió. Efe




