El ciclismo vivió su fiesta en Boyacá con el ‘Gran fondo de Nairo Quintana’

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Ríos de ciclistas inundaron hoy las carreteras del departamento de Boyacá, en donde se dieron cita para participar en el Gran Fondo de Nairo Quintana y, de paso, admirar los exhuberantes paisajes de esta región de Colombia, cuna de grandes ciclistas.

Los competidores, todos vestidos con la camiseta del Movistar, el equipo de Nairo, llenaron de calor humano los alrededores del Lago Sochagota, lugar elegido para dar inicio a esta fiesta del ciclismo.

El primer gran momento fue la aparición de Nairo en la tarima en donde fue recibido con aplausos y voces de “viva campeón” en medio de música carranguera, aire de origen campesino que popularizó el maestro Jorge Velosa, en los años 70, conocido en la altiplanicie cundiboyacense.

Hubo más aplausos cuando subió a la tarima Egan Bernal, una de las más prometedoras figuras del ciclismo colombiano enrolado en la poderosa formación del Sky capitaneada por el británico Chris Froome, cuádruple campeón del Tour de Francia, y Geraint Thomas, actual rey de esta carrera.

Antes de que comenzara la prueba hubo tiempo para muchas selfis en las que Nairo se multiplicó para aparecer en una y otra, aunque las más aplaudidas fueron aquellas en las que Nairo y Egan se tomaron con ciclistas paralímpicos, que también tomaron parte en el recorrido que finalizó en el Pantano de Vargas.

“Con un grupo de unos 40 ciclistas paralímpicos nos unimos a esta fiesta del ciclismo encabezada por Nairo, que con sus actos demuestra que lo suyo es el ciclismo”, dijo a Efe el entrenador de la selección colombiana de paraciclismo, José ‘Chepe’ Castro.

Ya en la carrera, los lugareños se apostaron al lado y lado de la carretera para ver pasar al “campeón”, que a lo largo del recorrido se tomó selfis con los participantes y con los espectadores que agitaban banderas de Colombia y de Boyacá.

Según sus habilidades y nivel de preparación los participantes hicieron recorridos entre los 60 y los 145 kilómetros a lo largo de los cuales, como en toda carrera, hubo pinchazos, inconvenientes mecánicos y, claro, caídas en las que más de uno dejó piel en el asfalto.

Pasado el mediodía y con un sol que se dejaba sentir en todo su esplendor se cerró el evento, que para el año entrante promete vincular a más deportistas y personas del común que se identifiquen con el ciclismo. EFE