En las últimas horas las tropas rusas se retiraron del entorno de Kiev y de la provincia de Chernígov, en donde se perpetraron escenarios de violencia. Las comunidades de las afueras de la capital, aún se sienten inseguros y desconfían de las negociaciones que se reanudaron de forma telemática.
El Ejército ruso ha abandonado “parcialmente” la ocupación en el área de Kiev y sus efectivos se dirigen hacia la frontera bielorrusa, ya que “el enemigo ha sufrido pérdidas significativas y no logró bloquear y capturar la capital” y se va a centrar en controlar el este y el sur, informó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Ucranianas.
Las autoridades ucranianas celebraron hoy que más localidades del noroeste de Kiev se encuentran bajo control propio, pero todavía quedan efectivos rusos en las estratégicas ciudades de Bucha o Hostomel, por lo que pidieron a sus habitantes que no regresen todavía a la zona, donde creen que los rusos han plantado minas y envenenado el agua.
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Sin embargo, entre la población de Kiev reina el escepticismo sobre las verdaderas intenciones rusas, y dudan de que las negociaciones que las partes retomaron hoy de manera online sirvan para encontrar una solución duradera al conflicto.
“No sé si se están marchando. De momento se están reagrupando. Ya veremos si van al Donbás, a Mariúpol o vuelven a Kiev”, indicó Viktor, un kievita de 37 años, que cree que Rusia está usando las negociaciones solo para ganar tiempo y no para un alto el fuego.