Estados Unidos anunció este lunes que se unió a un equipo internacional para documentar los supuestos crímenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania, pero evita hablar todavía de “genocidio” en el caso de la masacre de Bucha, en las afueras de Kiev.
En una rueda de prensa, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, informó que un equipo estadounidense de fiscales y expertos está respaldando a la unidad de crímenes de guerra de la Fiscalía General de Ucrania en la recopilación de pruebas que permitan llevar a Rusia ante los tribunales.
“EE.UU. está apoyando a un equipo multinacional de fiscales internacionales en la región para apoyar directamente los esfuerzos del fiscal general (de Ucrania) para recolectar, preservar y analizar pruebas de atrocidades, en búsqueda de una rendición de cuentas”, afirmó.
El portavoz de Exteriores aclaró que el equipo estadounidense trabaja desde fuera de Ucrania, a la vez que el Pentágono descartó por completo el envío de tropas a territorio ucraniano para recolectar pruebas.
Estados Unidos hizo este anuncio tras conocerse el fin de semana la masacre de Bucha, un municipio que estuvo asediado por las tropas rusas durante semanas y donde, tras su retirada, se descubrieron cientos de cadáveres en sus calles, algunos con las manos atadas a la espalda.
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Price aseguró que Estados Unidos cuenta con “informes creíbles” de torturas, violaciones y ejecuciones contra civiles supuestamente perpetradas en zonas dominadas por las tropas rusas, y condenó la “negación desvergonzada” hecha por Moscú de estos hechos. Efe