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La Federación de Educadores del Paraguay (FEP) exige al Gobierno aplazar el inicio de las clases presenciales, previsto para el 2 de marzo de forma combinada con la fórmula virtual, para adecuar todas las escuelas públicas del país a las exigencias del protocolo sanitario de la covid-19.
Alrededor de 77.000 docentes paraguayos regresaron a las aulas el pasado 11 de febrero para preparar el desarrollo del presente año lectivo y acondicionar los centros educativos a medidas sanitarias establecidas por el Ministerio de Salud para la forma presencial.
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“No podemos solucionar en una semana lo que no se hizo en un año”, afirmó este martes a Efe el titular de la FEP, Silvio Piris, al asegurar que muchos locales carecen de insumos y equipos para cumplir con los protocolos de bioseguridad que garantice una vuelta segura a las aulas.
La FEP, una de las mayores asociaciones del sector, no se opone al comienzo de la clases virtuales, aclaró Piris, aunque expresó que esa modalidad, a la que se recurrió el año pasado, está lastrada por la precariedad de la cobertura tecnológica.
Agregó que de las 8.500 escuelas y colegios públicos del país sólo 1.700 están conectados a redes tecnológicas y 2.000 están en proceso, por lo que “quedan excluidos más de 50 %” de los estudiantes afectados a la enseñanza virtual.
Ante la situación, y en vísperas del inicio de las clases, los sindicatos reclaman al ministro de Educación, Eduarto Petta, impulsar ante el Congreso el proyecto de declaración de emergencia educativa, que se encuentra en despacho del jefe de Estado, Mario Abdo Benítez, y que está dotado de 78 millones de dólares.
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“Los fondos que se precisan son para paliar esta situación, para el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad, equipamiento de la escuelas con herramientas tecnológicas y contratación de personal de servicio”, señalo Piris.
La FEP considera que un aplazamiento por 45 días sería adecuado para el arranque de las clases presenciales, un tiempo en el que los gremios también aprovechar para discutir sobre cuestiones salariales pendientes.
En este sentido, Piris dijo que los docentes fueron beneficiados en el pasado con un reajuste del 16 % anual en cuatro etapas, de las que las primeras dos se cumplieron, mientras que la tercera quedó sin efecto ante la irrupción de la pandemia.
“Es un aumento suspendido por parte del Gobierno que va por el segundo año y no queremos que pase por tercer año consecutivo esa suspensión”, acotó el dirigente al señalar que los gremios esperan la reactivación del ajuste salarial “como habíamos pactado”.
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La FEP encabezó esta semana una caravana de protesta en varios puntos del país y la de Asunción se cerró frente a la sede de la cartera, donde Petta reafirmó a los manifestantes que las clases presenciales comenzarán el 2 de marzo en los lugares que reúnan las condiciones sanitarias.
“El primer día de clase prácticamente no se va a iniciar, se va a dar una protesta masiva con los gremios más grandes”, aseveró el líder de la FEP.
El Ministerio estima que medio millón de estudiantes, del 1,5 millón de alumnos de básica, optaría por las clases presenciales, que serán en función a la situación epidemiológica del país, con más de 150.000 contagios y más de 3.000 muertos.
Entre las medidas sanitarias se contemplan una burbuja de hasta 15 alumnos por aula y el uso de tapabocas (dos por jornada), que será recomendado en niños de 4 años, aunque la ley impone obligatoriedad a partir de 10, lavado frecuente de manos y distanciamiento físico. EFE