El festejo del título de la Copa BetPlay ganada por Nacional, se vio empañado por disturbios en las tribunas y el ingreso de algunos hinchas al campo.
La ciudad de Cali vivió momentos de tensión y violencia, cuando se desataron disturbios protagonizados por hinchas del América de Cali, lo que comenzó con disturbios en una tribuna del estadio Pascual Guerrero, se convirtió rápidamente en una batalla campal en las calles, afectando la seguridad y el orden público, y dejando una vez más en evidencia los riesgos asociados a la violencia en el fútbol colombiano.
Todo comenzó después del enfrentamiento entre el América de Cali y Atlético Nacional en la final de la Copa BetPlay. A los 85 minutos de juego, un grupo de hinchas de una barra brava comenzaron una pelea desenfrenada en una tribuna del estadio. Varias personas lesionadas, entre ellas tres policías, dejaron los desórdenes.
Poco después, lo que comenzó como una discusión escaló a una serie de agresiones físicas entre diferentes grupos de hinchas a la afueras del Pascual Guerro. Las autoridades locales intentaron controlar la situación, pero la presencia de grupos violentos dispersos al rededor del estadio dificultó la intervención.
El alcalde de Cali, Alejandro Eder, manifestó en su cuenta de X: “Estamos trabajando con las autoridades en la identificación inmediata de quienes protagonizaron los actos violentos dentro y fuera del estadio”.
Eder dijo que lo ocurrido la noche del domingo es “inaceptable” y que no permitirá “que la violencia empañe el fútbol ni la convivencia en Cali”.
Los desmanes también dejaron daños materiales en el estadio porque los exaltados hinchas rompieron asientos, cristales, señales de evacuación y puertas de los baños.