La relación entre el Gobierno y el EMC ha estado marcada por rifirrafes que han llevado al diálogo entre ambos al borde de la terminación.
El Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las Farc, respondió a la suspensión parcial del cese al fuego anunciada hace dos semanas por el Gobierno, pidiendo que se restablezca pero amenazando a la vez con posibles ataques a objetivos militares y policiales.
En un comunicado, el EMC asegura: “Ante la arremetida contra nuestros Bloques Occidental Jacobo Arenas, Bloque Central Isaías Pardo y demás unidades en territorio nacional, les pedimos a los ciudadanos en territorio nacional que no estén cerca de las patrullas militares, batallones, estaciones de policía o cualquier otra unidad armada del Gobierno”.
“Lo que menos queremos es que en esta guerra fratricida que nos han impuesto caigan civiles”, aseguran en el comunicado, donde no hablan explícitamente de ataques, pero dejan esas amenazas implícitas.
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Además, al presidente, Gustavo Petro, le piden que “solo con el silencio de las armas nos podemos escuchar y para esto es necesario restablecer el cese de fuego bilateral temporal y de carácter nacional”.
El Gobierno suspendió hace dos semanas el cese al fuego bilateral en tres departamentos -Nariño, Cauca y Valle del Cauca- después del ataque del EMC a una comunidad y el asesinato de una líder indígena.
Esta misma semana las dos delegaciones de paz se reunieron acordando seguir con los diálogos a pesar de las tiranteces y reiteraron los compromisos construidos tras una reunión extraordinaria celebrada en San Vicente del Caguán.
Sin embargo, no detallaron si el cese al fuego vuelve a estar vigente en esos departamentos o por el contrario la suspensión se extiende a nivel nacional como se ha especulado después de los ataques de la madrugada del viernes por parte del EMC a un cantón militar en la ciudad de Cali y con una granada a una estación de Policía de una zona rural del municipio colombiano de Jamundí, ambas en el Valle del Cauca (suroeste).
Una relación tormentosa
La relación entre el Gobierno y el EMC ha estado marcada desde el principio por rifirrafes que han llevado al diálogo establecido entre ambos al borde de la terminación.
El último gran encontronazo llegó con la suspensión del cese al fuego por parte del Gobierno en tres departamentos después de que la disidencia atacara a una comunidad indígena del suroeste del país poco después de cerrar el cuarto ciclo de negociaciones, que se celebró en San José del Guaviare.
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Ya durante 2023 se produjo una primera suspensión del cese el fuego pactado en aquel momento por el asesinato de cuatro menores indígenas reclutados por el EMC; mientras que la propia instalación oficial del diálogo de paz se vio retrasada por la falta de acuerdo entre delegaciones.
El EMC está liderado por Néstor Gregorio Vera Fernández, alias ‘Iván Mordisco’, quien no firmó el acuerdo de paz de 2016 entre el Gobierno y las FARC.
EFE