Foto: Archivo referencial
En un partido amateur en Alemania, se enfrentaron el Ripdorf/Molzen II y Holdenstedt II, con un resultado de 37 goles a 0, marcador que dejará huella en la historia del deporte rey, y que abre una brecha sobre las razones que plasmaron en el marcador, una diferencia tan abrumadora.
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Los futbolistas del Ripdorf/Molzen se prometieron el uno al otro que velarían para que a ninguno le diera coronavirus, por lo que decidieron privilegiar el distanciamiento social durante el partido, respetando tanto esta decisión, que permitió que sus contrincantes aprovecharan los grandes espacios que se evidenciaban en la cancha.
Ahora bien, la medida la adoptaron debido a que en el club rival se conoció que hace unos días se había detectado un caso positivo para COVID-19, por lo que el equipo visitante decidió tomar primeras alternativas, y es que dejó que sus futbolistas acudieran al partido de manera voluntaria, siendo apenas siete los jugadores que llegaron a enfrentar el cotejo.
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Asimismo, posterior a que esta escandalosa goleada empezara a difundirse a través de diferentes portales alemanes de información deportiva, la polémica generada no fue en contra del equipo goleado sino de su victimario, pues la prensa alemana entendió que este tipo de actuaciones pone en tela de juicio el verdadero juego limpio.
