Vamos a suponer que en realidad el presidente de los colombianos enfrenta un “golpe blando”, tan blando como el que puede propinar una oposición lánguida, fatigada, disminuida y desorientada.
Por: Freddy Serrano Díaz
Estratega Político
Vamos a suponer que en realidad el presidente de los colombianos enfrenta un “golpe blando”, tan blando como el que puede propinar una oposición lánguida, fatigada, disminuida y desorientada; a creer que el mandatario tiene razón y todo obedece a un ataque sistemático contra lo que dice representar, pues bien, por más que lo intento la única respuesta es un auto ataque producto de la fatuidad.
Quiero creerle a Petro, pero el resumen en cifras advierte: la gasolina subió 4 mil pesos y la inflación 12 %, la vivienda cayó 60%, las exportaciones 32%, la venta de vehículos 40%, el comercio 25% y el turismo 38%.
Las disidencias de las FARC y ELN tienen técnicamente tomados 11 departamentos, llevamos 43 masacres este año, 180 líderes sociales han sido asesinados, van 24 atentados a la infraestructura petrolera, la inseguridad se disparó en un 30%, el sicariato en 20%, el fleteo en 28% y el secuestro 70%.
La acción de Ecopetrol cayó 40%, dos aerolíneas quebraron, la favorabilidad del mandatario que subió su sueldo, el de él, se vino a pique con apenas un 25%, el reclutamiento de niños sigue imparable y ahora, como si fuera poco, se le investiga por presunta financiación de campaña con dineros oscuros, los cuales ya se había dicho, habrían sido
Incluso recibidos por uno de sus hijos.
Mientras tanto, a punta de arengas y peroratas, Petro insiste: “todos contra nosotros” y cada vez son menos los que le defienden salvo muchos que por 200 años marcharon el 1 de Mayo, esos que acompañan la ilusión de un cambio diluido, dedicado al ataque hasta contra la libertad de prensa.
Insisto: “quiero creerle a Petro”, el problema es que el no deja, la puesta en escena “briosa” y “altiva” de Irene y Francia, los shows que protagonizó Benedetti, el tono desafiante y poco conciliador del mandatario, la intromisión de Verónica y la falta de tacto de la joven Sarabia, entre muchas mas cosas, dan cuenta de un imparable tsunami asociado a no escuchar a nadie, no pactar más que con el ego.
“Si los que votamos a Rodolfo nos arrepentimos, ¿no sé qué pueden pensar la mayoría de los que votaron por Petro?. Presidente: corrija, expliqué, no discuta, el que atiende aprende y el que aprende, entiende. Pensar diferente no es hacer parte de un pasado tan oscuro como nuestro presente”.