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El Abierto de Australia acentúa la incertidumbre después del tercer avión con jugadores a bordo afectado por coronavirus, después de los dos primeros que acumularon un total de cuatro casos.
Tras el nuevo positivo encontrado en el vuelo QR7485 desde Doha a Melbourne, ya son cinco el número de pasajeros infectados que han aterrizado en Australia para estar presentes en el primer Grand Slam de la temporada.
Los primeros dos aviones infectados obligaron a un total de 125 pasajeros a confinarse en sus habitaciones por un periodo de dos semanas en el que el único entrenamiento permitido se reducirá tanto al uso de la bicicleta estática instalada en los dormitorios como a los ejercicios físicos que puedan desarrollar en reducidas dimensiones.
Los españoles Carlos Alcaraz y Mario Vilella, así como el entrenador y exnúmero uno Juan Carlos Ferrero, permanecen confinados en las habitaciones de su hotel en Melbourne, tras haber viajado en este avión desde Doha después de firmar su pase al cuadro final.
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Uno de ellos, contactado por EFE, ha señalado que se encuentran hablando con el director del torneo, para seguir instrucciones, y que podrían ver reducido ese periodo de aislamiento.
Este nuevo caso sacude de lleno a los torneos que tienen previsto disputarse en suelo australiano, la Copa ATP y el Abierto.
Las autoridades australianas defienden a rajatabla las medidas contra la covid-19 adoptadas para los tenistas y miembros de su equipo a la llegada al país para participar en el Abierto.
Las jugadoras del circuito WTA Belinda Bencic Alize Cornet, Sorana Cirstea y Yulia Putintseva denunciaron el desconocimiento de los jugadores de la severidad de las medidas anti-covid aplicadas para los pasajeros que comparten avión con un caso positivo. EFE