Los Juegos Panamericanos de Lima 2019 pusieron este domingo punto final tras diecinueve días ininterrumpidos de deportes en los que el mayor acontecimiento deportivo de América, cuya viabilidad dos años antes era incierta, se volvió un éxito gracias a la respuesta del público, que respondió masivamente.
Fueron los Panamericanos más grandes de la historia, con 61 disciplinas de 39 deportes, lo que congregó en la capital peruana a casi 7.000 deportistas de 41 países, que en total se repartieron más de 1.300 medallas.
Los primeros Panamericanos organizados en Perú hicieron que el público local se interesara por primera vez por deportes hasta ahora desconocidos por los peruanos, que prácticamente solo consumen fútbol masculino y, en menor medida, voleibol femenino.
Así, bien sea por curiosidad o por revelación, fue inaudito que en Perú se llenasen estadios y coliseos para presenciar partidos de sóftbol, ciclismo de montaña y de pista, lucha, squash, balonmano, rugby a siete o bádminton.
Entre los deportes redescubiertos por el público local está la paleta frontón, la única disciplina propiamente peruana, que reportó dos de los 11 oros ganados por Perú en estos Panamericanos.
Mención aparte merece el baloncesto, una disciplina casi marginal pero que en los Panamericanos llenó el coliseo Eduardo Dibós, hasta registrar no menos de 4.000 espectadores todos los días de competición a pesar de que la selección peruana había quedado excluida de la competición por tener a la federación suspendida.
El atletismo y la natación no fueron menos y todos los días se llenaron las 7.000 localidades del estadio de la Villa Deportiva Nacional (Videna) y las casi 4.000 del centro acuático.
A ello también contribuyeron la presencia de algunas estrellas mundiales que levantaron expectación por verlas en Lima.
Sobre la pista atlética de la capital peruana hicieron acto de aparición campeones mundiales y olímpicos como la saltadora colombiana Caterine Ibargüen y la venezolana Yulimar Rojas y las velocistas jamaicanas Shelly-Ann Fraser-Pryce y Elaine Thompson.
También los brasileños Thiago Braz en salto con pértiga y Darlan Romaní en lanzamiento de peso, aunque faltó el velocista estadounidense Justin Gatlin, que estaba anunciado en el cartel pero finalmente prescindió de participar.
En la piscina los focos se los llevó el medallista olímpico estadounidense Nathan Adrian pero la gran triunfadora resultó la joven argentina Delfina Pignatiello, que se colgó tres medallas de oro.
El medallero final no arrojó sorpresas y Estados Unidos fue el gran ganador con casi 300 medallas, de ellas más de 115 de oro, seguido de Brasil, Canadá y México, los países del continente que más invierten en deporte.
Argentina fue la gran triunfadora de los deportes de equipo, con oros de sus conjuntos masculinos en fútbol, baloncesto, balonmano, rugby, sóftbol, hockey y voleibol; y de sus selecciones femeninas en hockey.
La buena respuesta del público puso la guinda a una organización que estuvo a la altura de las exigencias después de la intensa contrarreloj que vivió en los últimos dos años para tener a tiempo todas las sedes.
Con ello los Panamericanos de Lima 2019 pasaron de los augurios pesimistas que daban por perdida la sede de los Juegos allá por 2016 a convencerse de que se podía lograr, conseguirlo y vivirlo como una fiesta continental al ritmo de la cumbia “Cariñito”, erigida como himno oficioso. No hubo día en el que no sonara.
A partir de este lunes comienza para Perú el segundo gran reto de estos Panamericanos, que es hacer germinar la semilla para diversificar el deporte nacional y así dar mayor utilidad a todas las instalaciones construidas para la ocasión. EFE