En toda Italia se han organizado comidas de Navidad en comedores o incluso en las basílicas de las principales ciudades para los más vulnerables y a quienes también se les ha exigido como a todos el certificado de vacunación, conseguido en los meses pasados también gracias a ambulatorios dedicados especialmente para ellos.
Entre las iniciativas para tratar de ayudar a los “invisibles”, aquellos sin hogar, pero también a los que viven en la extrema pobreza, está la de la Comunidad de San Egidio que hoy espera distribuir comida a 80.000 personas, de las cuales 20.000 en Roma.
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Un ejemplo de ello se vivió en la basílica romana de Santa María del Trastévere, que en cumplimiento de las medidas anti-covid y con el certificado de vacunación obligatorio para todos, ofreció una comida navideña a 150 personas sin hogar, ancianos y refugiados después de que se tuviera que suspender el año pasado por la pandemia.
Tras la misa de Navidad, se retiraron los bancos, que fueron sustituidos por mesas redondas que ocuparon toda la nave central y se acomodaron a los más necesitados para una comida a base de lasaña y dulces típicos servidos por los voluntarios, entre ellos también el alcalde de Roma,
Se trata de una ayuda como muchas otras que las asociaciones religiosas y de voluntariado prestan a los pobres y, sobre todo, a los sin techo, que según los datos del Instituto de Estadístico italiano supera las 50.000 personas.
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Según los números de San Egidio, se ha triplicado el número de paquetes de alimentos distribuidos desde el comienzo de la pandemia, unos 500.000, de los cuales 213.000 en Roma. El número de comidas servidas en comedores o en las calles se ha duplicado con creces hasta llegar a un millón diarias.
Durante estos últimos meses, tanto el Vaticano como la Comunidad de San Egidio se han dedicado a vacunar contra el coronavirus a personas sin hogar que no figuran en los registros de la sanidad italiana y que por tanto no tendrían derecho a la inmunización. EFE