Comercio de jirafas, elefantes y reptiles a debate en la 18ª cumbre CITES

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La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) abrió hoy en Ginebra su 18ª cumbre, en la que se debate modificar los niveles de protección de especies como la jirafa, el elefante, el rinoceronte o numerosos reptiles.

La también conocida como Conferencia Mundial sobre Vida Silvestre, que suele celebrarse cada tres años, reúne hasta el 28 de agosto a 3.000 expertos de las 183 partes firmantes del CITES (182 Estados y la Unión Europea) para debatir 56 propuestas de cambios en los niveles de protección.

La gran cita para la conservación de la fauna y flora mundial debería haberse celebrado el pasado mes de mayo en Colombo (Sri Lanka), pero los ataques terroristas perpetrados el 21 de abril en esa isla, por cuyas víctimas se guardó hoy un minuto de silencio, obligaron a posponer la conferencia y cambiarla de escenario.

Gran parte de los debates se centrarán en el elefante africano, ya que mientras varios países de África central buscan que se aumente la protección al comercio de este animal, otros más al sur en el continente piden una relajación de las restricciones.

Naciones como Nigeria o Kenia proponen que las poblaciones de este animal en Sudáfrica, Botsuana, Namibia y Zimbabue se trasladen del apéndice 2 de la convención (que implica cierta limitación del comercio) al 1 (que prohíbe toda transacción comercial al entender que un animal está en peligro de extinción).

Zambia, por el contrario, quiere que la población de elefantes en su país se traslade del apéndice 1 al 2, al entender que el número de ejemplares se ha estabilizado, mientras que Botsuana, Namibia y Zimbabue quieren ciertas exenciones para autorizar el comercio de trofeos de caza, animales vivos o ciertos productos de marfil.

En relación con el marfil, el CITES debatirá además una propuesta inédita, ya que Israel solicita incluir en el apéndice 2 al mamut lanudo, una especie ya extinguida, dado que Rusia comercia con restos de estos animales congelados, principalmente con China.

En opinión del colombiano Juan Carlos Vásquez, jefe de asuntos legales de CITES, esa propuesta no tiene base legal, aunque sí exista un problema real.

“Rusia debe adoptar leyes para proteger ese mamut, y controlar junto a China este comercio, pero no necesitamos un tratado internacional con 183 partes”, valoró para Efe Vásquez, quien sin embargo señaló que tanto esta como el resto de propuestas serían aprobadas si obtuvieran una mayoría de dos tercios.

Otro asunto a discusión será si incluir en el apéndice 2 a la jirafa, cuya población ha disminuido considerablemente en las últimas décadas debido a la pérdida de hábitat, algo que solicitan seis países africanos.

Por contra, México solicita relajar las medidas sobre su población de cocodrilo americano, que desde 1975 tiene el nivel máximo de protección por la sobreexplotación de su piel, y algo similar quiere Argentina con las vicuñas de su provincia de Salta.

“Las vicuñas son una historia de éxito porque en 1975 (año de creación de CITES) había menos de 6.000 y ahora hay medio millón”, recordó Vásquez.

Con el aumento de las poblaciones del rumiante, se relajó el nivel de protección en países como Perú, Bolivia o Ecuador, que comercializan su lana -tenida por la más fina del mundo- y ahora Argentina quiere hacer lo mismo, explicó.

Importante punto en la agenda es la limitación del comercio de mascotas exóticas tales como lagartos, iguanas, serpientes, tortugas o ranas, que ha florecido gracias a internet y amenaza a especies amenazadas en todo el mundo.

Una veintena de estos animales podrían ser incluidos en el apéndice 2 por este motivo, entre ellos la iguana de cola espinosa, cuyo hábitat se extiende desde México hasta Colombia, o las pequeñas ranas de cristal, también en buena parte de Latinoamérica y cuyo comercio quieren limitar Costa Rica, El Salvador y Honduras.

En el campo de la flora se debatirán asuntos como la relajación de las restricciones sobre el comercio de madera de palos de rosa, algo que solicitan Canadá y la Unión Europea por el uso de este preciado material para la confección de guitarras, violines y otros instrumentos musicales.

Ecuador pide la inclusión en el apéndice 2 de todos los cedros del mundo, un árbol cuya madera es muy valorada en diversas industrias pero que según la propuesta ecuatoriana está reduciendo de forma peligrosa su presencia en el planeta.

CITES protege a unas 36.000 especies animales y vegetales del mundo, de las que unas 900 se encuentran en el apéndice 1, aquel que prohíbe totalmente su comercio. Efe