La infraestructura estratégica del Valle no es para aplicar ideologías político económicas fracasadas.
En un texto de 2021, el exministro Chileno Gerardo Varela afirma que el estallido social en Chile se produjo por frustración, la frustración por falta de oportunidades y estas por falta de crecimiento económico. Palabras muy apropiadas para Colombia en donde también se vivió un estallido social bajo las mismas consignas. Lo curioso del asunto es que en el gobierno de Gustavo Petro, que surgió de dicho estallido, el decrecimiento y estancamiento empieza a arrojar índices históricos como el preocupante 0.6 % de crecimiento económico durante 2023, aspecto que desde luego incide de forma directa en esa frustración social generada por la falta de oportunidades, algo que en campaña el gobierno del cambio prometió cambiar pero que aproximándose a la mitad de su mandato no ha tenido éxito.
Ese crecimiento económico, como mitigador de la frustración por falta de oportunidades, encuentra relación permanente con las obras de infraestructura, su operación, mantenimiento, actualización, administración. Para el caso del Valle, algunas de esas obras estratégicas son la concesión de operación del muelle 13 del puerto de Buenaventura, la concesión del aeropuerto Internacional Alfonso Bonilla Aragón y la construcción de la vía Mulaló- Buenaventura, BuenaVentura- Bogotá, obras que representan avances importantes para el departamento, así como la capacidad de ganar o perder en términos de competitividad, no solo como departamento sino desde luego como país, dada la importancia estratégica, por ejemplo, del puerto de Colombia sobre el pacífico, el puerto de Buenaventura.
Preocupa entonces que el gobierno nacional haya anunciado que no prorrogará la concesión del muelle 13 del puerto de Buenaventura a quienes tienen la capacidad de operarlo bajo las exigencias logísticas y técnicas que demanda un puerto internacional y que el presidente Gustavo Petro anuncie: “Nosotros creemos y queremos que los medios de producción estén en manos del pueblo y no del Estado. Por eso el puerto debe ser una concesión a las cooperativas de la gente que trabaja la pesca, el muelle en Buenaventura debe ser de las cooperativas genuinas de pescadores en esa región del país”.
Preocupa también el anuncio del gobierno de no renovar la concesión del aeropuerto internacional Alfonso Bonilla Aragón que hoy le deja al municipio de Palmira 30 mil millones de pesos, importante suma de recursos que tras la decisión del gobierno de retornar el aeropuerto a la Aerocivil, representaría un traumatismo, tal como lo afirmó la gobernadora del Valle Dilian Francisca Toro ante el ministro de transporte William Camargo.
Y preocupa que la construcción de la vía Mulaló- Buenaventura, Buenaventura- Bogotá haya visto reducido el monto de su financiación de 408 mil millones de pesos a 306 mil millones de pesos.
Gobernar, bajo sesgos ideológicos, negando la realidad, la ciencia y el sentido común puede generar desastres económicos, mayor frustración social y mayor pérdida de oportunidades. Ser fiel a una ideología aún por encima de la razón no es gobernar teniendo en cuenta el interés general, más bien querer establecer e imponer el interés ideológico particular.
Frenar el desarrollo de infraestructura estratégica y experimentar en manos de quien deben estar los medios de producción no es más que un sueño ideológico, personal, individualizado, no es más que un experimento que ya ha sido probado, cuyo único logro demostrado ha sido el de empobrecimiento y miseria, restricción de libertades, hambre y por consecuencia mayor frustración y falta de oportunidades.
La infraestructura estratégica del Valle no es para aplicar ideologías político económicas fracasadas, la infraestructura estratégica del Valle es para culminarse y generar beneficios al departamento y al país.
Por: Víctor Manuel Salcedo
Representante a la Cámara partido de la U.