Muy atractivo para muchos seres humanos resulta el hacerse asesor pero lograrlo, puede ser un desafío que supone encontrarse con la frustración.
Muy atractivo para muchos seres humanos resulta el hacerse o sentirse asesor pero lograrlo, puede ser un desafío que supone encontrarse con la frustración propia del que cree saber de todo y al final del día no sabe mucho.
Ser concretos, tener metas claras, hacerse acompañar del conocimiento, evitar las distracciones de obligaciones diarias y contar con una red de apoyo sólido, hace parte de un oficio donde se hace cada vez más complejo alcanzar el éxito.
Saber que decir y cuando decirlo; demanda habilidades y atributos como liderazgo, capacidad para trabajar en equipo, creatividad, resolución de conflictos y planificación estratégica.
Parece sencillo, en realidad no lo es, encontrar y derribar impedimentos que obstaculizan el progreso para guiar a las personas en conseguir notoriedad favorable, supone la experiencia que se traslada a candidatos, partidos políticos y organizaciones gubernamentales en diversas áreas de la comunicación y la toma de decisiones estratégicas.
Pero: ¿Cómo ayudar al que cree no necesitar de nadie?, bueno ese es el primero de los retos, hacerles entender que un buen líder se acompaña de personas con talentos y habilidades mejores que las suyas, confrontar egos y vanidades, demanda validadores adecuados, no son mejores amigos, son profesionales pagos que cumplen una misión:
Ahora bien, sin Investigación y análisis jamás habrá buenas estrategias, sin planificación no hay proceso y sin promoción o defensa adecuada no habrá gestión de la imagen.
En política se necesita asesoría para obtener orientación en comunicación, estrategias electorales, relaciones públicas y toma de decisiones informadas, construir mensajes adecuados, analizar la opinión pública, construir relaciones y alianzas, entender las tendencias y sentimientos de la gente, manejar dificultades y controversias de manera efectiva.
“El ejercicio se dificulta cuando el que asesora no escucha, solo habla de sus logros; se cree tan o más onnipotente que su asesorado, proclama lo que nadie le está preguntando… además de convencidos, suelen ser brutos y decididos, cobran sueldo de amigo”.
Por: FREDDY SERRANO DÍAZ– Estratega Político.