Un llamado a preservar la independencia judicial en Colombia.
Por: Hollman Ibáñez Parra
Abogado
En el último mes, la Sala Electoral del Consejo de Estado ha tomado decisiones trascendentales que han generado un impacto significativo en la vida política del país.
La anulación de la elección del presidente del Congreso de la República, Roy Barreras Montealegre, por presunta doble militancia, y la posterior nulidad de la elección del Contralor General de la República, Carlos Hernán Rodríguez Becerra, debido a la violación de los artículos 126 de la Constitución Política, 21 de la Ley 5 de 1992 y 6 de la Ley 1904 de 2018, han generado un intenso debate en el escenario político colombiano.
En paralelo, la Procuraduría General de la Nación ha suspendido al Senador del Pacto Histórico, Alexander Flórez, por un periodo de ocho meses, tras calumniar y agredir verbalmente a policías que actuaban en cumplimiento de su deber.
Estas decisiones, que implican sanciones a funcionarios de elección popular, han sido recibidas con distintas reacciones y han dado lugar a discusiones sobre la actuación de las instituciones encargadas de ejercer control y justicia en el país.
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Sin embargo, resulta preocupante la postura adoptada por el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, quien a través de sus redes sociales ha cuestionado las decisiones del Consejo de Estado y ha denunciado un supuesto “golpe blando” contra su coalición política, el Pacto Histórico.
Esta actitud del Presidente no contribuye a fortalecer la democracia y la independencia judicial en Colombia. Por el contrario, al señalar a una alta corte como “golpista” por emitir fallos que no se ajustan a sus intereses, se pone en entredicho la solidez y la imparcialidad de nuestras instituciones.
Colombia ha sido reconocida por contar con sólidas instituciones y una Rama Judicial independiente. Es fundamental que el Presidente de la República respete y defienda la separación de poderes, reconociendo que los jueces tienen el deber de cumplir con sus funciones constitucionales y legales.
No se puede considerar como un golpe de estado el hecho de que los jueces ejerzan su labor de manera imparcial y en cumplimiento de la ley. Por el contrario, esto es un pilar fundamental para preservar nuestra democracia y el respeto inquebrantable por las decisiones judiciales.
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Es necesario recordar al Presidente de Colombia que él representa la unidad nacional y, como tal, debe actuar de manera responsable y respetuosa hacia las decisiones judiciales, incluso si estas no son de su agrado. Es fundamental promover un diálogo constructivo entre los poderes públicos y trabajar en conjunto para fortalecer la democracia y el estado de derecho en el país.
En conclusión, en este momento crucial para la política colombiana, debemos preservar la independencia judicial y respetar las decisiones de los jueces.
Instamos al Presidente de la República a reconocer la importancia de una justicia imparcial y a promover el respeto a las instituciones, garantizando así un ambiente propicio para el fortalecimiento de nuestra democracia. Solo de esta manera podremos construir una sociedad más justa y equitativa para todos los colombianos.