El Gobierno de Colombia aseguró que 25 de los más de 320 objetos de arte precolombino que se prevén sean vendidos en la casa de subastas Gerhard Hirsch, en la ciudad alemana de Múnich, son suyas, razón por la cual pidió que se detenga la subasta.
La Cancillería detalló en un comunicado que el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) determinó que “25 piezas de la subasta hacen parte del patrimonio arqueológico colombiano y, por consiguiente, están sujetas al régimen especial de protección que contempla el ordenamiento jurídico” del país andino.
“De acuerdo con lo señalado en el artículo 72 de la Constitución Política de Colombia y la Ley 1185 de 2008, el patrimonio cultural de la Nación está bajo la protección del Estado. En esa medida, el patrimonio arqueológico y otros bienes culturales que conforman la identidad nacional pertenecen a la Nación y son inalienables, inembargables e imprescriptibles”, agregó la información.
Igualmente, la Cancillería afirmó que “Colombia tiene como prioridad tender puentes de diálogo para propender por la restitución de los bienes de su patrimonio arqueológico”.
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PROTESTA INTERNACIONAL
El martes se conoció que representantes diplomáticos de 11 países latinoamericanos protestaron este martes en Berlín por la subasta de más de 320 objetos de arte precolombino porque “lesiona gravemente” los derechos fundamentales de sus respectivos pueblos.
Las piezas, algunas de ellas con más de dos mil años de antigüedad, están a la venta en la casa de subastas Gerhard Hirsch y proceden, según los diplomáticos, de siete países latinoamericanos, que intentaron que la venta no se celebre.
Los representantes de México, Chile, Venezuela, Cuba, Panamá, Costa Rica, Guatemala, Perú, Colombia, Ecuador y El Salvador hicieron un llamamiento ante la prensa en Berlín en el que dijeron que se dirigieron a la casa de subastas para pedir la suspensión de la venta y a las autoridades alemanas para que intervengan en el asunto.
Gerhard Hirsch optó por no contestar a las preguntas formuladas por Efe y se limitó a subrayar, en una nota, que “todos” los artículos a la venta tienen un certificado de origen que “muestra que los objetos se encuentran de forma legal en Alemania”. EFE