El Partido Comunista Chino (PCCh) movilizó a miles de sus integrantes a diferentes partes del país para combatir el resurgimiento de la COVID-19.
Alrededor de 2.500 equipos, incluidos un total de 70.000 miembros del PCCh, se han desplegado en puntos críticos del país para ayudar a los ciudadanos en cuarentena, ya que la situación se ha visto agravada por la variante delta.
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La Comisión Nacional de Salud del país indicó este jueves 12 de agosto que se informaron 81 nuevos casos de COVID-19 en China durante las últimas 24 horas, incluidos 61 de transmisión local.
La provincia oriental de Jiangsu, una de las más afectadas, informó 38 casos. El viceprimer ministro de China, Sun Chunlan, advirtió que la situación “aún no está bajo control”, informó el diario local South China Morning Post.
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“Debemos tomar acciones más decididas y decisivas y asegurarnos de que se implementen medidas de control de COVID-19 para contener la transmisión del virus lo antes posible”, reiteró Sun el miércoles después de visitar Yangzhou, el último punto pandémico del país en la provincia de Jiangsu.
Las autoridades chinas se han mostrado alarmadas por el ritmo del último brote registrado el 20 de julio en Nanjing, la capital de la provincia oriental de Jiangsu, donde algunos aseadores de aeropuertos dieron positivo durante las pruebas de rutina.
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El último brote se ha atribuido principalmente a un vuelo procedente de Rusia que aterrizó el mes pasado en Nanjing.
Las medidas para contener los nuevos y crecientes brotes se dan cuando China ha acelerado su campaña de vacunación y la cual ha administrado más de 1.800 millones de dosis de vacunas desde enero. Anadolu