Un túnel de mil kilómetros en China, que se convertiría en el más largo del mundo, llevará agua desde el Tíbet hasta el desierto de Taklimakan, en Xinjiang, si sale adelante el proyecto en el que trabajan ingenieros del país.
Según informó hoy el diario South China Morning Post, esta obra de ingeniería transportará el agua del río Bramaputra, conocido por su Gran Cañón, hasta el desierto de Taklimakan, que ocupa una superficie de 270.000 kilómetros cuadrados, equivalente a más de la mitad del territorio español.
Una vez construido superará con creces al acueducto subterráneo de Nueva York, actualmente el más largo del mundo, con 137 kilómetros de longitud.
En China el túnel que ahora ostenta el récord tiene 85 kilómetros y se encuentra en la provincia de Liaoning (noreste, en la frontera con Corea del Norte), pero en agosto pasado el Gobierno inició la obra de otro que medirá 600 km, y estará terminado en 8 años, en Yunnan (sur, lindando con Laos, Birmania y Vietnam), reporta Efe.
Este último, lo suficientemente ancho como para permitir la circulación de dos trenes de alta velocidad y que atravesará montañas a miles de metros por encima del nivel del mar, servirá de ensayo de la nueva tecnología, los métodos de ingeniería y la infraestructura necesaria para el futuro túnel que unirá el Tíbet y Xinjiang, según informa el diario.