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Las autoridades chinas esperaron casi una semana para alertar al público luego de que determinaron que el país enfrentaba una probable pandemia, según un informe publicado este miércoles por The Associated Press (AP).
Durante ese periodo, las autoridades del país permitieron las reuniones masivas públicas en la ciudad china de Wuhan, donde surgió el virus, así como los viajes de millones de personas para las celebraciones del Año Nuevo chino.
Solo fue hasta el 20 de enero que el presidente chino, Xi Jinping, dio la alarma, seis días después de que se realizó la evaluación, el 14 de enero, informó AP, citando documentos internos y estimaciones de expertos.
Más de 3.000 personas se infectaron durante el tiempo que le tomó a Xi alertar a la población, resaltó AP.
Desde que el virus surgió, en diciembre de 2019, más de dos millones de personas han resultado infectadas con el coronavirus y más de 132.000 han muerto por las complicaciones del COVID-19, según los datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland, EEUU.
“Esto es tremendo. De haber tomado las medidas de prevención seis días antes el número de pacientes habría sido menor y las instalaciones médicas habrían sido suficientes. Podríamos haber evitado el colapso del sistema médico de Wuhan”, le dijo Zuo-Feng Zhang, epidemiólogo de la Universidad de California en Los Ángeles, a AP.
La investigación de AP no pudo determinar si fueron los funcionarios locales quienes no informaron sobre los casos de coronavirus o si fueron los líderes nacionales quienes no los registraron. Tampoco pudo determinar definitivamente qué información tenían los funcionarios en Wuhan en ese momento.
Sin embargo, los expertos dijeron que es cierto que la rígida estructura autoritaria de China, particularmente en lo que respecta a los flujos de información y la renuencia entre los funcionarios de nivel inferior para transmitir malas noticias a los superiores, “evitó las alertas tempranas”.
En particular, el informe señaló los castigos dictados a ocho médicos que intentaron alertar sobre los “rumores”, que según señala el texto tuvieron un efecto “escalofriante” en los hospitales locales de Wuhan.
“Los médicos en Wuhan tenían miedo. Fue una verdadera intimidación para toda una profesión”, declaró Dali Yang, profesor de política china en la Universidad de Chicago, a AP.
Las preocupaciones sobre una posible pandemia se plantearon por primera vez cuando se informó del primer caso fuera de China, el 13 de enero. Anadolu





