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La venezolana Yulimar Rojas volvió a rozar el récord mundial de triple con un salto de 15,37 metros y la holandesa Sifan Hassan, envuelta en la polémica por su pertenencia al grupo del suspendido entrenador estadounidense Alberto Salazar, completó su doblete en los Mundiales con el oro en 1.500 una semana después de ganar la final de 10.000.
Era el segundo título mundial consecutivo para la venezolana, que se hizo acompañar en el podio por la jamaicana Shanieka Ricketts, plata con 14,92, y Caterine Ibargüen, campeona olímpica, que esta en una temporada difícil en el plano físico se alzó con la presea de bronce con 14,73.
El clásico del triple salto mundial, Rojas-Ibargüen, iluminaba la penúltima jornada de los campeonatos y la española Ana Peleteiro, campeona de Europa en sala, se sumó a la fiesta junto a la venezolana, su compañera de entrenamientos en Guadalajara.
El momento dulce de la discípula de Iván Pedroso, que ha gando siete de sus nueve competiciones este año y en cuatro de ellas ha superado los 15 metros, le concedía fundadas esperanzas de igualar a Ibargüen, a la cubana Yargelis Savigne y a la rusa Tatyana Lebedeva como doble campeona del mundo.
Finalmente, Ibargüen, atleta mundial de 2018, llevaba un año más complicado, sobre todo desde su lesión en los Panamericanos de Lima y no saltaba triple desde el 11 de julio, cuando sólo fue sexta en Mónaco. EFE