El primer cable submarino de fibra óptica que une Estados Unidos con Uruguay, que llegó hoy a la ciudad uruguaya de Punta del Este para completar la última etapa de su instalación, asegurará la soberanía en telecomunicaciones del país suramericano y le permitirá ser proveedor internacional de Internet.
Así lo manifestaron las autoridades uruguayas después de que el cable arribara en un barco a la playa Brava de Punta del Este desde la ciudad brasileña de Fortaleza para completar el último tramo de un recorrido total de 12.000 kilómetros que se extiende hasta la localidad de Boca de Ratón, del Estado de Florida, en EE.UU.
“Es infraestructura para la soberanía, para el conocimiento y la infraestructura para el conocimiento y la generación de conocimiento es la mejor infraestructura para construir soberanía”, manifestó la ministra Industria, Energía y Minería de Uruguay, Carolina Cosse, tras la llegada del cable.
“Tenemos que tener capacidad para definir nuestro destino y construir una economía de conocimiento, intensiva en tecnología, en ciencia, pero que no sea solo desarrollista porque sí, que cambie las relaciones sociales, que permita mejores trabajos a nuestros jóvenes, que nos permita construir cultura”, continuó la jerarca.
Por su parte, Andrés Tolosa, presidente de la empresa estatal de telecomunicaciones, Antel, dijo que este cable otorga a Uruguay una “soberanía e independencia brutal” y la capacidad de convertirse en proveedor internacional de acceso a Internet.
“Desde Uruguay vamos a tener capacidad de vender a otras empresas de la región, de Argentina y Brasil y a partir de esos países a Chile y Paraguay”, manifestó Tolosa.
El proyecto del cable submarino comenzó a gestarse en 2012 y se firmó en 2014 entre Uruguay y la empresa estadounidense Google, comprendiendo una inversión total por parte de Antel de 73,8 millones de dólares.
La vida útil del cable se calcula que puede alcanzar los 25 años.
El tramo desde EE.UU. hasta Brasil ya se encuentra en funcionamiento y se espera que a finales de este año quede operativo el último tramo, de 2.000 kilómetros, mediante la conexión del cable que hoy llegó a Uruguay.
Desde la playa, el cable quedará tendido vía subterránea hasta un centro de recepción de otros sistemas de cable que Antel tiene en esta región del sureste uruguayo.
Este proyecto “es la locomotora del siglo XXI”, expresó Cosse haciendo un paralelismo con lo que significó esa forma de transporte para la Revolución Industrial.
“Es una obra estratégica en el marco de las demás obras estratégicas que viene desarrollando el Uruguay y hay que mirarlas y discutirlas con visión estratégica”, expresó Cosse.
La ministra dijo que este cable va a repercutir en que los usuarios vean rebaja en su factura de servicios de Internet pero que es algo que va más allá y que permite a Uruguay “sumarse a otros modelos de negocio, a otra ciencia y otra tecnología”.
En concreto, Cosse comentó que “va a ser de gran beneficio para la industria del software nacional” pues permitirá tener “una gran carretera para vender ese producto al mundo”.
Además, aseguró que “están todas las condiciones para que Antel pueda vender banda ancha en América Latina”.
“Ahora los gigantes de la tecnología en el mundo están mirando a Uruguay para instalarse y hacer de Uruguay el puerto tecnológico de América Latina”, expresó.
Tolosa indicó que para Antel este cable significa completar un “ecosistema digital muy importante” que junto con la instalación de fibra óptica en los hogares y la inauguración del centro de datos internacional José Luis Massera, a las afueras de Montevideo, dan “un gran impulso a la futura economía digital”, informa Efe.
“La tecnología a lo largo de los años nos da nuevos desafíos y esto va a estar cubierto”, aseguró Tolosa, que expresó que Uruguay no va a depender de otros países para gestionar y controlar el crecimiento de la capacidad de Internet a medida de que la demanda lo vaya requiriendo.