Tras una década de ausencia, Brasil volverá durante el bienio 2022-2023 al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, un órgano que aspira a integrar de forma permanente en el marco de las reformas que se discuten desde hace décadas.
La candidatura brasileña, que ya tenía el visto bueno del grupo de países de Latinoamérica y el Caribe y por ello llegaba sin oposición a las elecciones celebradas en la Asamblea General de la ONU, obtuvo el respaldo de 181 de los 193 Estados miembros de la organización.
Brasil ingresará en el Consejo de Seguridad el próximo 1 de enero en sustitución de San Vicente y las Granadinas, que este año completa su mandato de dos años.
Allí se sumará como voz latinoamericana a México, elegido el pasado año y que mantendrá su escaño durante 2022, lo que hará que la región esté representada por dos de sus países con más peso económico e internacional.
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores del país destacó que la elección es “un reconocimiento a la histórica contribución brasileña a la paz y la seguridad internacionales”.
Con la de hoy, Brasil ha sido elegido en 11 ocasiones como miembro no permanente del Consejo, igualando a Japón como el país con más presencias en el principal órgano de decisión de Naciones Unidas.
Las dos naciones figuran desde hace décadas entre los aspirantes a lograr un asiento permanente si por fin se concreta alguna reforma a la composición del Consejo de Seguridad, que sigue marcado por el resultado de la Segunda Guerra Mundial.
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El Consejo de Seguridad cuenta con 15 miembros, 5 de ellos permanentes y con derecho a veto (EE.UU., Rusia, China, Francia y el Reino Unido) y 10 que están presentes por turnos de dos años. Efe