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Al igual que cientos de millones de estadounidenses, el presidente electo, el demócrata Joe Biden, y el presidente en funciones, el republicano Donald Trump, planeaban celebrar de forma tranquila en casa el Día de Acción de Gracias, mientras la pandemia de coronavirus se propaga por todo el país.
Biden está pasando la festividad en la pequeña ciudad costera de Rehoboth, Delaware, donde tiene una casa de vacaciones junto a su esposa Jill. Los Biden iban a recibir a su hija Ashley y su esposo, el doctor Howard Kerin, para la comida.
Este año será una excepción con la tradición de décadas de los Biden de reunirse con la familia extendida para Acción de Gracias, por lo general en la isla de Nantucket, frente a Massachusetts. En un discurso en la víspera, Biden dijo que habían viajado por Acción de Gracias durante 40 años, excepto un año después de la muerte de su hijo Beau en 2015.
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Recuerdo ese primer Día de Acción de Gracias, la silla vacía, el silencio”, dijo Biden. “Te quita el aliento. Es realmente difícil que te importe. Es difícil dar gracias”.
Para Trump, el jueves estará muy lejos del año pasado, cuando realizó una visita sorpresa a Afganistán. Allí se reunió con el presidente Ashraf Ghani y sirvió pavo a algunos soldados estadounidenses antes de sentarse a cenar con ellos.
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A Trump suele gustarle celebrar las fiestas en su resort Mar-a-Largo en Florida, pero el jueves tenía previsto quedarse en la Casa Blanca. A diferencia de Biden, que pidió una celebración segura con mascarillas y distanciamiento social, Trump instó a los estadounidenses a “reunirse” en sus palabras por Acción de Gracias.
“Animo a todos los estadounidenses a reunirse, en hogares y lugares de culto, para ofrecer una oración de agradecimiento a Dios por nuestras muchas bendiciones”, dijo Trump en una declaración.
Si bien se esperan menos viajes de lo normal, millones de personas desafiaron las peticiones de funcionarios estatales, locales, de expertos en salud y viajaron a reuniones familiares en vez de quedarse en casa, pese a la creciente tasa de infección.
Las muertes por COVID-19 superaron las 2.000 en un solo día el martes por primera vez desde mayo y las hospitalizaciones alcanzaron un récord de más de 89.000 el miércoles.