La autoridad ambiental de Colombia modificó este miércoles su Plan de Manejo Ambiental (PMA) del Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos mediante la Aspersión Aérea con el Herbicida Glifosato (PECIG), levantando una de las trabas que tenía el Gobierno para retomar esta controvertida práctica.
Esto no supone una reanudación inmediata de las erradicaciones forzosas mediante el uso aéreo de glifosato, pero sí es un impedimento menos para su autorización después de que este lunes el Gobierno expidiese un decreto que regula la vuelta de esta práctica suspendida desde 2015, tras una decisión de la Corte Constitucional.
“Es importante mencionar que el PMA ha estado vigente desde 2001 y lo que ha estado suspendido es la actividad de aspersión aérea”, especificó este miércoles el director general de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), Rodrigo Suárez.
La ANLA, por solicitud de la Policía Nacional, incluyó en dicho PMA más medidas de manejo y un programa de seguimiento y monitoreo más detallado para que, “en caso de que se reanude la actividad, se logre un mayor control sobre los efectos ambientales en los componentes hídricos, bióticos y socioeconómicos”.
Ahora falta que otras autoridades, como el Ministerio de Salud o de Ambiente también hagan modificaciones de procedimientos y cumplan las condiciones impuestas por el Constitucional, para que el Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE) pueda dar la luz verde definitiva a la aspersión aérea.
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Para ello son necesarios los conceptos sobre los riesgos para la salud y para el medioambiente que tienen las fumigaciones aéreas. Efe