Australia afronta un “momento crítico” por una “nueva fase” de la pandemia de la covid-19 vinculada a la variante delta, que ya ha propiciado un confinamiento en su ciudad más poblada, Sídney, y que se extiende por otras regiones del país.
Desde el estallido de la segunda ola en Australia de mediados de 2020, provocado por fallos en los protocolos de seguridad de los centros de cuarentena en Melbourne, el país oceánico, reconocido por varios organismos por su buena gestión de la pandemia, no había afrontado una situación de tal gravedad.
“Es un momento crítico”, dijo el ministro del Tesoro, Josh Frydenberg, en una entrevista este lunes con la cadena pública ABC antes de la reunión de emergencia del comité de respuesta a la covid-19, tras la detección de 60 infecciones comunitarias en todo el país entre el domingo y el lunes.
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Para Frydenberg, el brote detectado a mediados de mes en Sídney, la ciudad más poblada del país y confinada junto a sus zonas aledañas hasta el 9 de julio, supone “una nueva fase de la pandemia”, provocada por la variante “más contagiosa y peligrosa”.
Desde que a mediados de mes le fue detectada a un chófer que transportó a los miembros de la tripulación de un vuelo internacional, la variante delta acumula en este nuevo brote 130 infecciones en la urbe, y afecta al resto del estado de Nueva Gales del Sur y también a Queensland, Australia Occidental y el Territorio Norte.
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La jefa de gobierno de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, alertó este lunes a periodistas en Sídney tras reportar las 18 nuevas infecciones locales, 15 de ellas vinculadas al conductor, de que la población debe estar preparada “para que los números se incrementen considerablemente”.
Aunque inicialmente se pensó que el virus se había limitado a Nueva Gales del Sur, también ha llegado a la ciudad de Perth, en donde se detectaron desde el domingo dos casos positivos vinculados al brote de Sídney, lo que obligó al gobierno de Australia Occidental a imponer medidas de restricción.
También el Territorio Norte, con siete casos, y Queensland, con una trabajadora minera infectada por la variante delta, sopesan endurecer las medidas preventivas ya en marcha o alargarlas más tiempo de lo previsto.