La cifra total de muertos por el último tiroteo masivo de Estados Unidos, que tuvo lugar en la mañana del miércoles en San José (California) ascendió a 10 -incluyendo al autor de los disparos- al fallecer en el hospital uno de los heridos que se encontraba en estado crítico.
La Policía sigue investigando los motivos que llevaron al sospechoso, Samuel J. Cassidy, de 57 años, a abrir fuego contra sus compañeros de trabajo en el patio de maniobras de la Autoridad del Transporte del Valle de Santa Clara (VTA, por sus siglas en inglés).
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En este centro se almacenan y llevan a cabo las tareas de mantenimiento de los vagones de tren, y el sospechoso estaba empleado como técnico.
Cassidy accedió a las instalaciones armado con dos pistolas semiautomáticas y once cargadores de munición, según informó la oficina del alguacil del condado de Santa Clara.
La Policía recibió la primera llamada de aviso del tiroteo a las 06.34 del miércoles hora local (13.34 GMT), justo cuando se producía el cambio de turno en el que se marchaban los empleados del turno de noche y llegaban los de la mañana.
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Los agentes que se personaron en la zona tras recibir la alerta no llegaron a realizar un solo disparo, pero acorralaron al sospechoso y pudieron observar cómo se quitaba la vida de un disparo.
Justo antes de dirigirse al centro de trabajo, el atacante habría prendido fuego a su casa en San José, según la principal hipótesis con la que trabaja la Policía. EFE