Antonio Navarro Wolff, uno de los tres presidentes de la Asamblea Nacional Constituyente de Colombia, considera que las protestas son, sin que los jóvenes sean conscientes de ello, una petición para que se aplique la Constitución, que “como toda obra humana es imperfecta”.
Próximo a cumplir los 73 años, el que se considera uno de los padres de la Constitución colombiana, que este domingo cumple 30 años de su promulgación, dice que no es necesaria una nueva Carta Magna y, por el contrario, reclama que la vigente se desarrolle y modifique en aspectos puntuales para consolidar los derechos de la ciudadanía.
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Según el exsenador y miembro del opositor partido Alianza Verde, las actuales protestas son por el derecho a la salud, la educación, la participación, por los derechos de la tercera edad, de los jóvenes, de la mujer y todos “están consagrados en la Constitución, de manera que sin tener conciencia clara de ello, los manifestantes están pidiendo que se aplique a fondo la Constitución de 1991”.
Navarro, que es el único miembro vivo de la presidencia colegiada de la Asamblea Nacional Constituyente que redactó el texto de 1991 que reemplazó al de 1886, cree que el estallido social que comenzó hace poco más de dos meses y que sigue, cada día con menos fuerza, es “justo y debe ser protegido por el Estado”.
Guerrillero del izquierdista M-19 y uno de los negociadores de la paz firmada por este movimiento con el Gobierno en 1990 recalca que la Constitución define a Colombia como “un Estado Social de Derecho” que se fundamenta en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en el que prevalece el interés general.
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“Hablando de Colombia como un Estado Social de Derecho lo que hace falta son leyes apropiadas y políticas públicas para desarrollar y avanzar en esos aspectos, especialmente en los derechos de todos los colombianos”, asegura Navarro, que fue por dos años ministro de Salud en el Gobierno de César Gaviria (1990-1994).
Reconoce que en 30 años de vigencia de la Constitución el país ha progresado en muchos campos, aunque en lo relacionado con los derechos “no es suficiente”. EFE