¡Análisis! Negociar, la única salida para superar el conflicto con el Eln

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Colombia cerró la puerta al proceso de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln) y reforzó su ofensiva armada en respuesta a una serie de atentados rebeldes, pero ninguno de los bandos tiene posibilidades de imponerse militarmente por lo que deberán sentarse a negociar.

Los diálogos que inició el gobierno anterior con el Eln en Cuba en busca de un acuerdo quedaron en suspenso desde que asumió el presidente Iván Duque en agosto del año pasado.

El mandatario condicionó la continuidad del proceso al cese unilateral de hostilidades por parte de la guerrilla.

Después de un atentado de los rebeldes con un carro bomba a mediados de enero que cobró la vida de 22 cadetes en una academia policial en Bogotá, Duque pidió a La Habana extraditar a 10 líderes del Eln, pero Cuba dijo que respetará garantías de seguridad acordadas con el gobierno previo para que los jefes rebeldes puedan volver a las montañas y selvas de Colombia.

Duque exige a la guerrilla -que está conformada por más de 2.200 combatientes y es acusada de financiarse del narcotráfico, el secuestro y la extorsión- liberar a una decena de cautivos, además de suspender ataques como las frecuentes voladuras de oleoductos, pero el grupo rebelde no ha aceptado las demandas.

En los primeros cuatro meses del año se han registrado 24 ataques contra tres de los principales oleoductos de Colombia que han provocado derrame de crudo y contaminación ambiental, la mayoría atribuidos por las autoridades militares al Eln.

Las Fuerzas Militares también aumentaron la persecución contra el grupo rebelde. Nadie parece dispuesto por ahora a ceder en el pulso de poder, aún cuando ninguno de los bandos tiene mucha más opción que dialogar.

“El ELN no tiene cómo lanzar una ofensiva, tal vez va a incrementar un poco los ataques a la infraestructura, pero no más que eso”, dijo Ariel Ávila, analista de la privada Fundación Paz y Reconciliación, una organización que estudia el conflicto.

“Por su parte el Estado colombiano no va a poder hacer mucho porque el Eln ya no tiene campamentos, no anda uniformado ni opera como una guerrilla, lo que dificulta cualquier acción militar”, explicó.

Incluso fuentes de las Fuerzas Armadas admiten que la solución más rápida para acabar la confrontación es la negociación.

“Se necesitarían muchos años para una labor de infiltración y de inteligencia que permita identificar y ubicar objetivos específicos para golpearlos y tener éxito. Incluso así habría que dialogar con los que logren evadir la ofensiva, como sucedió con las Farc”, dijo un oficial de alto rango del Ejército bajo condición de anonimato.

NO ESPERAN EXPLOSIÓN DE VIOLENCIA

Si llegaran a un pacto, superarían de una vez por todas un conflicto de más de cinco décadas que ha causado 260.000 muertos y ha obligado a millones a abandonar sus hogares y migrar, tras el acuerdo de paz logrado en 2016 con las ya desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Aunque las Fuerzas Armadas dicen que usarán su ventaja aérea para debilitar al ELN, y la guerrilla por su parte asegura que está preparada para soportar una ofensiva militar, los especialistas esperan que la violencia del conflicto recrudezca sólo marginalmente y que en tres o cuatro años se retomen las negociaciones, quizás con un nuevo gobierno.

“El Estado colombiano va a utilizar todo su poder, toda su capacidad, integradamente con la justicia para enfrentar esa organización y someterla a la justicia como debe ser, no vamos a permitir una sola humillación más del ELN al pueblo colombiano”, dijo Duque recientemente.

Las tácticas del Eln, como operar en pequeñas unidades, aunque reducen su poder de fuego, dificultan su ubicación. Y por ende, ayudan a evitar los ataques aéreos, que fue una de las principales herramientas para presionar a las Farc.

“Más tarde o más temprano debemos volver a las conversaciones para buscar la paz con cambios para la gente y bien del país. La guerra eterna no es un objetivo para ninguna sociedad”, admitió el líder del Eln Antonio García en una entrevista publicada en la página de Internet del grupo.

El propio comandante del Ejército de Colombia, general Nicacio de Jesús Martínez, dice que “hay unas puertas abiertas”, refiriéndose a la posibilidad de reanudar la negociación.

Sin embargo, hasta ahora las posiciones radicales del Eln, su cadena de mando difusa y el disenso entre sus filas han impedido un acuerdo con los últimos cinco gobiernos.

A lo anterior se suma de la crisis de Venezuela, que ha servido como garante en los procesos de paz con los grupos rebeldes colombianos pero que no intervendría por las inexistentes relaciones con el Gobierno de Duque tras la decisión de Nicolás Maduro de suspenderlas por completo.

Adicionalmente, las objeciones que presentó Duque a una ley clave para implementar el acuerdo de paz que firmó su antecesor Juan Manuel Santos con las Farc, fueron criticadas por el Eln que aseguró que la decisión del presidente cierra el camino a la negociación.

Con todo, muy pocos creen que haya espacio hoy para otra solución más que la del diálogo, informa Reuters.

“El ELN no se acaba a punta de bombardeos. Hay un deber de Estado y es dejar una opción a una salida negociada. Es absolutamente imposible e improbable pensar que el tema con el Eln va a resolver sin una solución negociada”, dijo el excomisionado para la paz del gobierno Frank Pearl.