Foto: Archivo referencial
El resultado de las elecciones de alcaldes y gobernadores de este domingo sacudió los cimientos de la política tradicional y en especial al uribismo, sin duda el gran derrotado de la jornada, un golpe del que seguramente le costará recuperarse.
Ni en el escenario más pesimista del Centro Democrático, al que pertenecen el expresidente Álvaro Uribe y el presidente Iván Duque, aparecía en el horizonte una paliza como la de este 27 de octubre en el que ese partido fue derrotado en la disputa de las dos principales ciudades del país, Bogotá y Medellín, y solo conquistaron dos de las 32 gobernaciones, las de los departamentos de Casanare y Vaupés.
EL MES NEGRO DE URIBE
La victoria en Bogotá de Claudia López, del partido Alianza Verde y situada en las antípodas políticas de Uribe, y en su feudo de Medellín del independiente Daniel Quintero Calle, es un varapalo para el partido de Gobierno y para el senador Uribe, cuya popularidad desde hace rato cae en picada desde la cima que alcanzó el 7 de agosto de 2010, cuando terminó su Presidencia.
Por si fuera poco, el expresidente tuvo que acudir a comienzos de este mes a una indagatoria en la Corte Suprema de Justicia como parte de un caso por presunto fraude procesal y soborno a testigos cuyo desenlace es todavía una incógnita.
LOS RASGUÑOS DE PETRO
También golpeado, pero menos que el uribismo, quedó el senador Gustavo Petro, jefe de la oposición, no tanto por la derrota de su candidato en Bogotá, Hollman Morris, cuya aspiración nunca amenazó a los primeros en las encuestas, sino porque su liderazgo en la izquierda puede ser cuestionado por Claudia López.
La alcaldesa electa tuvo en esta campaña el apoyo incondicional del excandidato presidencial Sergio Fajardo, uno los nombres que empieza a sonar como alternativa de la centroizquierda para las presidenciales de 2022 en las que Petro también tiene puesta la mira desde su derrota del año pasado con Duque.
“Creo que es evidente que las dos grandes fuerzas de los extremos, que son Uribe y Petro, tuvieron las principales derrotas, eso demuestra el cansancio de la población con la política totalmente tradicional y la importancia del voto de opinión”, dijo a Efe el profesor Andrés Macías, del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales de la Universidad Externado de Colombia.
En los últimos años Uribe y Petro han protagonizado los más duros enfrentamientos en la política colombiana con visiones antagónicas que dividen al país y que fueron determinantes en las elecciones presidenciales de 2018 en las que el senador de izquierdas fue derrotado por el actual presidente Iván Duque, apadrinado por Uribe.
El hijo de Petro, Nicolás, disputó hoy la Gobernación del Atlántico y se sabía que tampoco iba a ganar en ese departamento que domina el poderoso clan Char, pero obtuvo 18,56 % de los votos contra el 66,67 % de la ganadora, Elsa Noguera, apoyada por varios partidos, entre ellos el Centro Democrático.
EL MAR AGITADO DE DUQUE
El jefe de Estado, que desde que comenzó su Gobierno, hace 14 meses, navega en un mar de tormentas políticas, sin mayorías en el Congreso y con una oposición cada vez más fuerte, tendrá que hacer maniobras para enderezar su Administración y no perder más apoyos.
Quizás consciente de esa necesidad y para tratar de reducir el nivel de la confrontación política del país, donde gobierna la derecha pero la izquierda lleva ventaja en las redes sociales, el presidente manifestó esta noche a los alcaldes y gobernadores electos que por encima de todo está el país.
“Este es el Gobierno de todos los colombianos. Pueden tener la seguridad de que en mí y en todo el equipo del Gobierno nacional encontrarán aliados para cristalizar todas las iniciativas que con responsabilidad necesiten el concurso de la nación”, manifestó Duque en una declaración tras conocer los resultados de las urnas.
Para Macías, a Duque “se le presenta un reto muy importante” que lo obligará a pensar “en cómo ajustar algunas de sus relaciones con autoridades regionales”, como los alcaldes de Bogotá y Medellín, que a partir del próximo 1 de enero pasarán de ser aliados del Gobierno a opositores en el plano local.
EL ÉXITO DE LOS VERDES
Si en estas elecciones hubo grandes perdedores también hubo un ganador, el partido Alianza Verde que mostró su poder de convocatoria en las urnas, un ensayo de lo que podría conseguir Fajardo o quien sea su candidato en la próximas presidenciales.
Además de la victoria de Claudia López en Bogotá, ganó las Alcaldías de Cali con Jorge Iván Ospina; Cúcuta, con Jairo Yáñez; Manizales, con Carlos Mario Marín, y Florencia, con Luis Antonio Ruiz, resultado que convierte a la Alianza Verde en un actor relevante en la política nacional. EFE