Alemania redujo este martes el nivel de alerta por la pandemia del conjunto del país de “muy alto” a “alto” tras seis meses en el máximo nivel por la caída de la incidencia y el avance de la campaña de vacunación.
Esta calificación no conlleva un cambio automático en las restricciones -que ya han comenzado a relajarse en la mayoría del país en las últimas semanas-, sino que es reflejo de que la dinámica de las principales variables ha llevado, a nivel epidemiológico, a actualizar la valoración general de la situación.
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El ministro alemán de Sanidad, Jens Spahn, aseguró en rueda de prensa que la situación sigue siendo difícil, pero que hay “razones para la confianza” y que podría ser posible “tener un buen verano”.
De hecho, se reconoció “sorprendido” por la “impresionante” evolución de la pandemia en las últimas semanas, que avanza en la “buena dirección”.
“La situación es ahora mejor, pero aún nos encontramos en medio de la pandemia”, advirtió Spahn, que dijo que no quiere ser un “aguafiestas”, pero pidió precaución: “Persiste el riesgo de que todo pueda cambiar rápidamente”.
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El presidente del Instituto Robert Koch (RKI) de virología, Lothar Wieler, indicó en esta misma línea que los últimos datos son una “buena noticia” y que es un “gran éxito” haber logrado “romper” la “tercera ola”.
Spahn argumentó que esta dinámica se debe en parte a los “primeros efectos” de la campaña de vacunación, que ha alcanzado los 50 millones de dosis administradas. EFE