Al menos cinco personas murieron, entre ellas tres menores, y otras seis resultaron heridas en un bombardeo perpetrado este jueves por la aviación rusa, aliada de Damasco, contra familias desplazadas en la provincia noroccidental siria de Idlib.
Los “Cascos Blancos”, un grupo de la defensa civil que opera en las áreas de Siria controladas por la oposición, indicaron en su cuenta de Twitter que la acción tuvo como objetivo una granja de aves de corral habitada por personas desplazadas cerca de la localidad de Maarrat Misrin.
Los rescatistas, a cargo de las labores de auxilio a las víctimas, detallaron que la mayoría de los heridos pertenecen a la misma familia y difundieron fotografías en las que se puede ver un inmueble completamente derruido, además de un niño inerte siendo trasladado entre los escombros.
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El Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó en un comunicado que en la zona se ubican una serie de campos de desplazados y también atribuyó la “masacre” a bombardeos de la aviación de Moscú, que desde hace seis años interviene en el conflicto sirio en favor del presidente, Bachar al Asad.
La ONG, con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, elevó el número de heridos a diez y alertó de que el balance de fallecidos podría aumentar en las próximas horas debido a la condición de gravedad de algunos de ellos.
Idlib está dominada mayoritariamente por el Organismo de Liberación del Levante, una alianza islamista en la que se incluye la exfilial siria de Al Qaeda, y cerca de la mitad de sus habitantes o unos dos millones de personas son desplazados.