El secretario general de la ONU, António Guterres, urgió a evitar una ofensiva del régimen sirio contra Idleb y avisó de que una gran batalla en ese bastión opositor desataría una “pesadilla humanitaria” sin precedentes en la guerra del país árabe.
“Es absolutamente esencial evitar una batalla a gran escala en Idleb”, dijo Guterres a los periodistas, al recordar que en esa provincia viven casi tres millones de personas, incluidos un millón de niños, y que muchos de ellos son desplazados llegados de otras zonas de Siria.
El jefe de Naciones Unidas recalcó que, aunque es necesario combatir a los terroristas, Idleb “no puede convertirse en un baño de sangre”.
Por ello urgió a todas las partes, en particular a Rusia, Irán y Turquía como garantes de las llamadas zonas de distensión en Siria, a no escatimar esfuerzos para encontrar soluciones que protejan a los civiles.
“Entiendo que la actual situación en Idleb no es sostenible y que la presencia de grupos terroristas no puede tolerarse. Pero combatir el terrorismo no absuelve a las partes del conflicto de sus obligaciones básicas bajo la legislación internacional”, insistió.
Según el diplomático portugués, es necesario encontrar una forma de “aislar a los grupos terroristas” y hacer que “no sean los civiles los que paguen un precio para resolver el problema de Idleb”.
Guterres pidió como mínimo que se garantice el respeto de las normas humanitarias y que se protejan servicios básicos como los hospitales.Efe