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La Fiscalía griega abrió hoy una investigación de oficio y llamó a la campeona olímpica Sofía Bekatoru a testificar, después de que hiciera públicos los abusos sexuales que sufrió por parte de un alto cargo de la Federación Griega de Vela hace más de 20 años, lo que ha despertado una indignación generalizada en el país.
El relato de Bekatoru, la primera denuncia pública de abusos de una deportista de élite en Grecia, ha desatado reacciones de indignación y solidaridad en todos los ámbitos y ha animado a más mujeres griegas a denunciar a través de la etiqueta #MeTinSophia (#YoConSofía), entre ellas a otras deportistas, como Niki Bakoyianni, subcampeona olímpica de salto de altura.
De momento, dos miembros de la junta de la Federación Griega de Vela han dimitido, en protesta por la reacción inicial de la organización, que parecía culpar a Bekatoru por no denunciar antes, le exigía que diera nombres y calificaba la supuesta violación de “suceso desafortunado”.
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La atleta ha respondido que esta actitud es parte del motivo por el que no sintió que pudiera hacer público lo sucedido en 1998, cuando tras calificarse con 21 años para los Juegos Olímpicos de Sídney el aún vicepresidente de la Federación, Aristidis Adamopulos, supuestamente la violó en la habitación de un hotel.
Tras recibir críticas por su primera reacción, la Federación pidió la dimisión de Adamopulos. Pero su única reacción hasta ahora ha sido insistir en su inocencia y abstenerse de sus deberes “hasta que el caso se resuelva”.
Bekatoru, ganadora de un oro en los Juegos de Atenas 2004 y un bronce en Pekín 2008, aseguró hoy que ha hecho público su caso ahora para ayudar a construir “un mejor futuro para los jóvenes en el deporte griego” y que en ningún caso es un suceso aislado, sino “parte un problema crónico de abuso de poder”.
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Por eso, la atleta ha anunciado que formará parte de una denuncia conjunta en lugar de presentarse de forma individual, lo que podría facilitar la condena de Adamopulos de probarse que ha habido otros casos de abusos más recientes.
Las reacciones por este caso incluyen la suspensión de donaciones a la Federación por parte de la Fundación Stavros Niarchos y el apoyo de prácticamente todo el espectro político heleno, incluyendo al primer ministro, el conservador Kyriakos Mitsotakis, que llamó a Bekatoru una “olímpica de la responsabilidad” por acabar con el ciclo de silencio y estigma al que se enfrentan las víctimas.
Asimismo, las denuncias de abusos han llegado a otras instituciones, como la Universidad Aristóteles de Salónica, cuyo rector ha pedido que la Fiscalía abra una investigación después de que una antigua alumna, animada por la denuncia de Bekatoru, relatase en un grupo cerrado de Facebook cómo un profesor abusó de ella durante una reunión para discutir sus notas. EFE