Se cumplen 25 años de la muerte de ‘El caballero del fútbol’ Andrés Escobar

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El recuerdo de Andrés Escobar, un gallardo defensor asesinado a balazos el 2 de julio de 1994 en Medellín, sigue vivo 25 años después por lo que hizo con la selección colombiana y con Atlético Nacional, club con el que ganó la Copa Libertadores de 1989.

“El caballero del fútbol”, un apodo que el central se ganó por su personalidad y por su forma de jugar, fue uno de los defensores más importantes de la historia colombiana, pues además de los títulos conseguidos con Atlético Nacional era el líder de la defensa de la selección que disputó los mundiales de Italia 1990 y EE.UU. 1994.

“Es uno de los mejores seres humanos que conocí”, ha afirmado el exfutbolista Faustino Asprilla en sus redes sociales, donde a veces saca tiempo para recordar a un amigo que le dejó “una huella imborrable”.

Su juego es recordado por la elegancia que demostraba cada vez que agarraba el balón y hacía cambios de frente, así como por lo imponente que era en el juego aéreo, tanto en defensa como en ataque, virtudes ratificadas con los 20 goles anotados en sus ocho años de carrera profesional.

“Era inteligente, rápido mental y físicamente, de tranco largo, elegante para jugar e iba fuerte a la marca pero sin mala intención. Era un central con gol, no solo en pelota quieta sino en movimiento”, dijo el exlateral Luis Fernando ‘Chonto’ Herrera, que compartió con Escobar en Nacional y la selección colombiana.

Con el club ‘verdolaga’, donde es además recordado por llevar la camiseta número 2, el melenudo defensor ganó cuatro títulos: dos de la liga colombiana (1991 y 1994), una Copa Libertadores (1989) y una Copa Interamericana (1990).

También tuvo un paso fugaz por el Young Boys suizo, en el que jugó ocho partidos en el primer semestre de 1990.

Para el Mundial de 1994, el diario El Tiempo pidió a Escobar que escribiera una columna desde Estados Unidos en la que hiciera reflexiones sobre lo que vivía partido a partido la selección colombiana, que perdió su primer encuentro 1-3 con Rumanía.

En el segundo duelo Colombia cayó 2-1 con Estados Unidos, que abrió el marcador con el autogol de Escobar, mientras que la selección cafetera se impuso en el tercero 2-0 a Suiza, resultado que no le bastó para clasificar a los octavos de final, que terminó en el último lugar del Grupo A.

Colombia había llegado al Mundial como una de las favoritas y fue por ello que Escobar tituló su última columna “Nos faltó berraquera”.

“Quisimos ser superiores porque en los partidos previos se hablaba mucho de lo que era Colombia. Una cosa es decirlo y otra bien diferente es demostrarlo y lograrlo. Sigo pensando que Colombia es más futbolísticamente que sus enemigos, pero esos argumentos se refundieron en la cancha y perdimos totalmente la concentración”, escribió el jugador.

Agregó: “En fin, una experiencia muy dolorosa que simplemente es un llamado a la cordura, a la reflexión y no lanzar alegres conceptos tratando de analizar todo un proceso de siete años, por un solo momento de derrota”.

Sin embargo, su victimario desoyó al defensor y su homicidio ocurrió seis días después de que terminó el Mundial para Colombia y 10 días luego de anotar el fatídico autogol.

Todo sucedió cuando salía de un club nocturno de Medellín, ciudad en la que había nacido el 13 de marzo de 1967 y donde algunos aficionados le recriminaron durante toda la noche por aquel tanto en propia puerta.

En el estacionamiento los hermanos Pedro David y Juan Santiago Gallón Henao también lo juzgaron por su error en el Mundial, ante lo cual Escobar pidió a los narcotraficantes que lo dejaran tranquilo.

No obstante, el conductor y escolta de los hermanos Gallón Henao, Humberto Muñoz Castro, salió de su vehículo y, sin mediar palabra, le propinó seis disparos al futbolista, que estaba negociando su fichaje con el Milan en reemplazo del veterano Franco Baresi.

Por el crimen del futbolista, el conductor fue condenado a 43 años y cinco meses de cárcel, de los cuales sólo purgó 12 y quedó en libertad en 2005. Efe