El Tour 2019 se lanza este sábado en Bruselas con las puertas abiertas a los escaladores, los grandes beneficiados de un recorrido que esta vez no ofrece adoquines ni grandes retos contrarreloj, sino 30 puertos, de ellos 7 por encima de los 2.000 metros. La última semana, con tres finales en alto, designarán al maillot amarillo en París.
Con solo 54 kilómetros contrarreloj, repartidos en sendas etapas por equipos e individual, tomarán la palabra los corredores ultraligeros, los escaladores que hagan valer sus virtudes en los puertos y no desentonen demasiado ante el reloj.
Las tres semanas tendrán alicientes, pero la traca final en los Alpes promete ser apasionante, con los favoritos jugándose las plazas del podio de París. El Ineos, sin Froome, confía plenamente en el Galés Geraint Thomas, defensor del título, y en la perla colombiana Egan Bernal.
Pero los máximos favoritos saben que la oposición será descarnada. El italiano Vincenzo Nibali, el colombiano Nairo Quintana, el español Mikel Landa, y el británico Adam Yates tienen ante sí la posibilidad de firmar una hazaña en la “grande boucle”.
Desde la crono por equipos de la segunda jornada hasta la última etapa del sábado 27 en la cima de Val Thorens, las tres semanas de Tour ofrecerán los siguientes alicientes:
– Primera semana:
En Bruselas se vivirá la fiesta inicial con homenaje al “Canibal” Eddy Merckx incluido. El primer maillot amarillo será para un esprinter. El segundo acto ya traerá las primeras diferencias en la general con la crono por equipos de 27 kilómetros.
Los velocistas se frotarán las manos con dos oportunidades en la tercera y cuarta etapas con metas en Epernay y Nancy, recorridos largos de 215 kilómetros.
Una quinta etapa con final en Colmar de perfil ondulado dará paso al primer examen serio del Tour, con la pancarta de llegada en La Planche des Belles Filles (1a, 7 kms al 8,7 por ciento de pendiente media).
Además se ascenderán otros seis puertos, siendo los principales el Markstein (1a, 10 kms al 5,4), el Col du Hundsruck (2a, 5,3 kms al 6,9), Balón de Alsacia (1a, 11 kms al 5,8), Col des Chevréres (2a, 3,5 km al 9,5) antes de la subida final.
El primer tercio del Tour se cerrará con un maratón de 230 kilómetros entre Belfort y Chalon-Sur-Saone, día para esprinters y aventureros.
– Segunda semana:
Tres días encadenados de etapas onduladas propicias para las escapadas con meta en Saint Etienne, Brioude y Albi desembocarán en la primera jornada de descanso en esta última localidad, ciudad natal del pintor y cartelista Toulouse-Lautrec.
Una pincelada camino de los Pirineos, con un primer acto entre Toulouse y Bagnéres de Bigorre con el Peyresourde (1a, 13,2 kms al 7) y la Hourquette D’Ancizan (1a, 9,9 kms al 7,5), con la cima a 30 kms de meta en rápido descenso.
La crono de Pau constará de 27,2 kilómetros y marcará algunas diferencias. Opción exigua para los especialistas, que ya se olvidarán del reloj. Tampoco será muy adversa para los escaladores, ya que el recorrido es un sube y baja constante.
La semana termina con una de esas jornadas cortas, de 117 kilómetros, que pueden causar estragos, con la meta en la cima del legendario Tourmalet, el puerto más emblemático del Tour, a 2.115 metros de altitud, tras un ascenso de 19 kms al 7,4 por ciento. Antes, el pelotón pasará por el Soulor (1a,11,9 kms al 7,8).
– Tercera semana:
La decimoquinta etapa entre Limoux y Foix (Prat d’Albis), llegada en cima inédita, inaugura la semana decisiva. Día con 4.800 metros de desnivel y meta en el inédito Prat D’Albis (1a, 11,8 kms al 6,9). Antes se subirán el Col de Montségur (2a,6,8 kms al 6), el Port de Lers (1a,11,4 kms al 7) y el Mur de Péguère (1a, 9,3 kms al 7,9), que incluye muros del 18 por ciento.
En Nimes los guerreros cargarán las pilas antes de entrar a las batallas de los Alpes.
Para empezar la traca se presenta el día de los “colosos”: el Col de Vars (1a,9,3 km al 7,5%), seguido del Col de Izoard (Especial,14,1 km al 7,3) y para terminar el interminable Col del Galibier (Especial, 23 kms al 5,1%). Desde la cima impresionante descenso de 18 kms hasta Valloire. La bajada puede ser determinante.
Por delante dos llegadas en alto. Si la general no está perfilada el corto trayecto entre Saint-Jean de Maurienne – Tignes, de 126 kilómetros. tendrá un menú con 5 puertos, entre ellos la Montée D’Aussois (2a,6,5 km al 6,2), el Col de L’Iseran por la vertiente sur (Especial,12,9 km al 7,5 y 2.770 metros de altitud, premio Henri Desgrange) y Montée de Tignes (1a 7,4 kms al 7), que desemboca en la meta.
Queda el último cartucho, la escalada al cielo de Val Thoens, a 2.365 metros de altitud. Día para que los escaladores con boletos en la general quemen las naves. Para finalizar un ascenso eterno de 33,4 kms al 5,5 por ciento. Antes no habrá respiro, con el Comet de Roselend (1a,19,9 km al 6), la Cota de Longefoy (2a,6,6 kms al 6,5) y el citado “maratón” en subida hasta Val Thorens, en cuya cima habrá foto del podio final.
El Tour se clausura el 28 de julio con la tradicional excursión de homenaje al ganador, esta vez entre Ramboullet y los Campos Elíseos de París. EFE