El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, anunció que su país desarrollará en menos de dos años las variantes terrestres del misil de crucero Kalibr y del misil hipersónico de alcance medio, la respuesta rusa a la decisión de EE.UU. de abandonar el primer tratado de desarme nuclear de la Guerra Fría, el INF.
“Durante 2019 y 2020 debemos desarrollar una variante terrestre del sistema Kalibr de emplazamiento marítimo con misiles de crucero de largo alcance que tan buen rendimiento dieron en Siria”, dijo Shoigú durante una reunión en el Ministerio de Defensa.
Además, agregó que “en los mismos plazos habrá que fabricar los sistemas de misiles terrestres con cohetes hipersónicos”.
Shoigú destacó que el hecho de que esos misiles ya existan en su versión marítima y aérea “permitirá reducir considerablemente los plazos de fabricación de los nuevos misiles y el coste de su financiación”.
“Lo importante es aumentar el alcance de los sistemas de misiles terrestres ya existentes hoy”, precisó.
Shoigú ordenó a su viceministro, Alexéi Krivoruchko, que se inicien “en un plazo breve de tiempo” los trabajos para el desarrollo de dicho armamento en el marco del presupuesto asignado con este fin para los próximos años.
El sábado, Putin adelantó que la respuesta rusa a EE.UU. sería “simétrica”, pero que Moscú no desplegaría armamento que viole el INF, es decir, que tenga un alcance entre 500 y 5.500 kilómetros, ni en la parte europea de Rusia ni en otras partes del mundo mientras no lo haga Washington.
En teoría, ambos países tienen aún seis meses para recapacitar y regresar al tratado, aunque los expertos consideran que eso no ocurrirá, lo que podría también condenar al fracaso las negociaciones para la renovación del tratado START-3.Efe