La defensa de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, intentó desacreditar el testimonio de Germán Rosero, un abogado colombiano que actuaba de enlace entre cárteles del que cuestionó su honestidad y también su memoria.
En el juicio que se sigue contra el Chapo en Nueva York por narcotráfico, su abogado defensor, Eduardo Balarezo, inició su interrogatorio al testigo preguntándole por sus orígenes familiares, su educación, algunas de sus parejas en la juventud y las circunstancias en las que conoció a otros de los participantes en la trama, Juan Carlos Ramírez “Chupeta” y Sergio Ramírez.
El letrado también insistió en el hecho de que Rosero trabajó como defensor público en Colombia antes de iniciarse en el narcotráfico y en que, para poder ejercer como abogado, tuvo que hacer un juramento de que no delinquiría.
Dicho juramento no se cumplió al entrar en el mundo del narcotráfico organizado, algo que la defensa quiso recalcar, junto al hecho de que ese compromiso fue realizado ante un cura.
Balarezo resaltó que del relato de Rosero no hay papeles ni pruebas escritas, sino que todo se basa en los recuerdos del testigo.
En ese sentido, el abogado presentó un documento de una reunión de Rosero con la Fiscalía en la que señalaba que un envío de cocaína a principios de 2004 era de 6.000 kilos, cuando hoy declaró que se trataba de 8.000.
El Chapo Guzmán, quien fue el líder del cartel de Sinaloa, principal exportador de drogas a Estados Unidos, es juzgado desde noviembre pasado por once cargos de narcotráfico, un proceso que podría extenderse entre tres y cuatro meses y en el que podría ser condenado a cadena perpetua. EFE